El 73 por ciento de los ciudadanos a nivel mundial admite que si la vacuna contra el COVID-19 estuviera ya disponible se la pondrían, un dato que baja un punto respecto a la misma pregunta realizada en agosto. En el caso de España, la intención de vacunarse en este momento se reduce en 8 puntos: ahora solo estarían dispuestos a ponerse la vacuna un 64 por ciento de la población española, mientras que en agosto eran un 72 por ciento. Esto coloca a España como el segundo país con menos intención de vacunarse en Europa, solo por detrás de Francia (54 por ciento) y seguidos muy de cerca por Italia (65 por ciento).
Así se desprende de los resultados de una encuesta realizada por Ipsos en su plataforma ‘on line’ Global Advisor que ha entrevistado a un total de 18.526 personas de 18 a 74 años en Estados Unidos, Canadá y Sudáfrica, y de 16 a 74 años en Australia, Brasil, China, Francia, Alemania, India, Italia, Japón, México, Corea del Sur, España y Reino Unido, entre el 8 y 13 de octubre.
El estudio revela que los españoles no solo no se vacunarían ahora mismo, sino que serían también los que más tardarían en hacerlo una vez que la vacuna estuviera lista. Solo el 13 por ciento de los españoles lo harían de manera inmediata, frente a un 22 por ciento a nivel global. El 38 por ciento de los españoles se vacunaría tres meses después de la llegada de la vacuna. Sin embargo, la mayoría de españoles preferiría esperar más tiempo para vacunarse, 6 de cada 10 lo haría en un plazo de 1 año.
Sobre los motivos que llevan tener reticencias hacia la vacuna, la rapidez de los ensayos clínicos sería la principal causa para el 48 por ciento de los españoles que afirma que no va a vacunarse, convirtiéndose así en el primer país a nivel mundial, junto con Brasil, más preocupados en este sentido. El segundo motivo más común para no vacunarse serían los posibles efectos secundarios que pudieran darse, razón que sitúa de nuevo a España (36 por ciento) entre los tres primeros países a nivel mundial más preocupados, únicamente por detrás de Japón (62 por ciento) y China (46 por ciento).
Con estos datos, España se posiciona como uno de los países menos receptivos a la hora de vacunarse y también como uno de los más pesimistas en cuanto a la llegada de esta posible solución. Mientras que solo el 39 por ciento de la población global piensa que la vacuna no llegará hasta pasado un año o año y medio, más de la mitad de los españoles (53 por ciento) secunda esta afirmación. El 30 por ciento piensa que la vacuna podría estar disponible para mediados del 2021, y solo un 9 por ciento está convencido de que aún hay opciones para que esté en el mercado a finales de 2020.
Aunque España sea uno de los países menos dispuestos a vacunarse contra el COVID-19, cuando se plantea la idea de que la probabilidad de contagio del coronavirus es tan baja que la vacuna es apenas necesaria, un 81 por ciento de los españoles se muestra en contra de esta afirmación. Un dato más que muestra el apoyo casi unánime de los españoles frente a las vacunas, donde solo un 3 por ciento de la población afirma estar en contra de las vacunas en general, el índice más bajo de todos los países encuestados.