El consumidor se ha mostrado este año, marcado por la crisis sanitaria del coronavirus, más exigente a la hora de elegir su establecimiento de confianza para comprar alimentos, primando la calidad por encima de la cercanía por primera vez desde que se realiza este estudio, según los datos de la encuesta sobre hábitos de consumo 2020 de la Mesa de Participación Asociaciones de Consumidores (MPAC).
En concreto, el perfil mayoritario de los consumidores y probablemente a causa de la pandemia del coronavirus, la calidad se equipara a la seguridad, seguido de factores como la cercanía y el precio.
El informe también subraya el incremento de más de tres puntos en la compra ‘online’, impulsada por el periodo de confinamiento durante el cual un 8,3% indicaba su uso.
Por otro lado, el estudio señala que un 12% más de encuestados asegura aprovechar más la comida y, en la misma medida, se reduce la proporción de consumidores que busca las ofertas. Tan solo un 14% ha rebajado su gasto en alimentación, dos puntos menos que el año pasado, y el 19% (un 2% más que en 2019) diversifica más su compra por motivos económicos.
En sintonía con la tendencia observada desde la irrupción de la pandemia, se eleva en seis puntos el porcentaje de encuestados que asegura no comer o cenar fuera de casa ni una vez a la semana, pasando del 35% al 41%. Cabe destacar que 2020 es el año, de los últimos cuatro, en que menos familias indican comer o cenar fuera del hogar.
Por otro lado, algo más de la mitad de los consumidores se sienten desinformados en materia de alimentación y gran consumo a pesar de que las fuentes de consulta se diversifican, siendo la principal la etiqueta del producto (51%), seguida por Internet (20%).
El consumidor medio en España otorga una importancia fundamental a la alimentación, tanto de manera aislada como en sinergia con otras cuestiones. Más del 90% de los encuestados es consciente de la importancia del binomio alimentación y salud, pero casi un 21% de la población no está seguro de si sus hábitos son saludables o no.
De esta forma, el estudio revela el incremento del consumo tanto de verduras como de frutas y legumbres respecto al año pasado. Así, el consumidor apuesta por los productos frescos, pero mientras la carne y pescado fresco mantienen su porcentaje respecto a años anteriores, el pescado congelado aumenta casi 1 punto, en la misma medida en que cae el consumo de pescado en conserva.
Cambio de hábitos por el coronavirus
Por su parte, el presidente en funciones del Consejo Económico Social (CES), Pedro Fernández, ha advertido en la presentación del estudio de que «todo está afectado por el coronavirus». «Los hábitos de consumo van a cambiar cuando nos hayamos recuperado y se vuelva a la esperada normalidad», ha indicado.
Fernández ha recordado que esta segunda ola «ha provocado la caída más grande de la actividad» y ha advertido de que en el caso de una tercera el «impacto» que tendrá para el tejido empresarial, sobre todo en las pequeñas y medianas empresas.
«Las cifras son malas y hay sectores especialmente dañados como la hostelería y la restauración, mientras que otros sobreviven en la medida de lo posible. Hay que llevarlo a un sistema económico en el que veamos oportunidades como la digitalización, a una lucha contra la economía sumergida y la formación que es una oportunidad importante», ha subrayado.
Por su parte, la directora general de Consumo, Bibiana Medialdea, ha subrayado que este estudio «será una herramienta muy útil para contribuir a la política públicas de consumo cada vez más acertadas».
«En los meses del confinamiento observamos que hay ciertos cambios de conductas positivas como un consumo más sostenible y más responsable, porque hay una mayor preocupación por la salud», ha señalado.