La confirmación del positivo por coronavirus del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y de su esposa, Melania Trump, ha provocado un aumento de la volatilidad en los mercados y una inmediata reducción de los riesgos, con caídas generalizadas en las bolsas y una mayor demanda de activos refugio como los bonos del Tesoro de EEUU y el yen, ante la incertidumbre sobre el impacto que la enfermedad puede acabar teniendo en el resultado de las elecciones presidenciales del próximo mes de noviembre.
«El simbolismo de que el Presidente Trump dé positivo en las pruebas de coronavirus no pasará inadvertido para los mercados y los economistas», afirma Chris Iggo desde AXA IM, para quien la noticia «ha aumentado la sensación de incertidumbre a corto plazo en torno a la situación política de EEUU».
«No hace falta decir que es probable que la volatilidad de los mercados aumente, ya que las probabilidades de diferentes resultados fluctúan. Muchas cosas -desde las relaciones entre Estados Unidos y China, la política fiscal postelectoral, la relación de Estados Unidos con las instituciones mundiales, el comercio, el progreso del cambio climático, la cohesión social en Estados Unidos- dependen de cómo reaccione un hombre de 74 años al contraer un virus que se ha cobrado más de un millón de vidas en todo el mundo este año», añade.
En este sentido, desde Credit Suisse Nannette Hechler-Fayd’herbe apunta que la noticia del positivo de Trump puede poner en mayor medida el foco de la campaña electoral estadounidense en la gestión de la crisis sanitaria, impulsando la carrera de Joe Biden a la Casa Blanca, mientras que los actos de Donald Trump pueden verse alterados en función de la gravedad de los síntomas.
«Una evolución sintomática relativamente leve de la enfermedad y una rápida recuperación podría eventualmente ser positiva para él en los estados indecisos. Sin embargo, las complicaciones de salud serían perjudiciales», advierte la analista, señalando que los demócratas aún tienen que determinar cómo llevar a cabo sus propia campaña ante esta situación.
«En cuanto a los comicios, creo que es demasiado pronto para decir si afectará a la elección», apunta Esty Dwek, responsable de Estrategia Global de Mercados de Natixis IM Solutions, para quien en el caso de que Trump no desarrolle síntomas «es probable que no haya diferencia», mientras que en el caso de sufrirlos «puede impactar su campaña y sus mensajes».
«No vamos a cambiar nuestra posición en este momento. Anticipamos un camino accidentado hacia las elecciones, y este es otro factor más, pero no cambia nuestra perspectiva constructiva a medio plazo», añade Dwek.
De su lado, Stephanie Kelly, economista política de Aberdeen Standard Investments, recuerda que «aunque Boris Johnson experimentó cierto rally cuando estaba gravemente enfermo, no está claro cómo afectará a la carrera de Trump, dado que su base electoral es más escéptica acerca de la Covid (…) Gran parte del impacto dependerá de los síntomas de Trump y de cómo reaccione su base».
Por su parte, Chris Iggo considera que «incluso con una recuperación total, la noticia ha cambiado la dinámica de las elecciones, podría cambiar la forma en que algunos pretenden votar y cómo se reflejan en la naturaleza de la actual Administración y su legado».
En cualquier caso, Esty Dwek considera que la gran pregunta es sobre la próxima fase del estímulo fiscal, y si esta circunstancia hace aún más difícil llegar a un acuerdo de compromiso entre demócratas y republicanos antes de las elecciones, ya que sigue habiendo grandes diferencias entre ambas partes y «la prueba positiva de Trump es otra distracción, que potencialmente reduce las posibilidades de un acuerdo».
«No se puede excluir una sorpresa positiva, aunque se haya vuelto más difícil de lograr. Mientras tanto, es probable que los mercados sigan bajo presión», advierte.
A este respecto, Nannette Hechler-Fayd’herbe ve poco probable que se logre un gran avance antes de que el Congreso entre en receso la próxima semana y advierte de que la perspectiva de una «barrida electoral» aumenta las posibilidades de que la aprobación de un paquete de estímulo se retrase hasta después de las elecciones.
«En el caso de una victoria en las cámaras, esperaríamos que la política fiscal y la regulación fueran menos positivas para las acciones estadounidenses, pero el dólar se debilitaría menos y los precios del petróleo, de manera contraria a la intuición, recibirían respaldo, mientras que en el caso de una barrida republicana, la política fiscal y la regulación probablemente serían positivas para las acciones estadounidenses, pero el dólar probablemente se debilitaría más a medida que la situación fiscal de EEUU probablemente empeorase», añade.
Por otro lado, la experta afirma que lo más probable es que la política comercial estadounidense mantenga un giro proteccionista independientemente del panorama político en el Congreso y la Casa Blanca.