El confinamiento genera más sueño pero de peor calidad

La cuarentena obligada en casa por la pandemia del Covid-19, enfermedad causada por el último coronavirus, ha tenido un gran impacto en la vida cotidiana de las personas en todo el mundo y uno de sus efectos es que las personas duermen más en días laborables, pero con menos calidad.

Así se desprende de dos estudios publicados este miércoles en la revista ‘Current Biology’ y realizados en Alemania, Austria y Suiza, de un lado, y Estados Unidos, de otro. Uno de ellos indica que el confinamiento ha reducido el ‘jet lag social’, es decir, los horarios de sueño en los días de trabajo y los de los fines de semana. Y el otro señala que la pandemia tiene un coste en cuanto a la calidad del sueño.

«Por lo general, esperaríamos que una disminución del ‘jet lag social’ se asocie con una mejor calidad del sueño», apunta Christine Blume, neurocientífica cognitiva del Centro de Cronobiología de la Universidad de Basilea (Suiza) y coautora de uno de los estudios, quien añade: «Sin embargo, en nuestra muestra, la calidad general del sueño disminuyó. Creemos que la carga autopercibida, que aumentó sustancialmente durante este confinamiento sin precedentes del Covid-19, puede haber superado los efectos beneficiosos de un ‘jet lag social’ reducido».

Blume y sus colegas exploraron los efectos de la fase más estricta de cuarentena del Covid-19 respecto a la relación entre los ritmos sociales y biológicos, así como el sueño, durante un periodo de seis semanas desde mediados de marzo hasta abril en Alemania, Austria y Suiza.

El trabajo muestra que el confinamiento redujo el desajuste entre el tiempo de sueño y la vigilia social y biológica, ya que la gente comenzó a trabajar más en casa y a dormir más horas regulares cada día. En general, las personas analizadas durmieron 15 minutos más cada noche, pero indicaron una percepción de que su calidad del sueño había caído.

ESTADOS UNIDOS

En el otro estudio, Kenneth Wright, del Laboratorio de Cronobiología y Sueño de la Universidad de Colorado en Boulder (Estados Unidos), y otros investigadores formularon preguntas similares al comparar el sueño antes y durante las órdenes de quedarse en casa en 139 universitarios cuando pasaron de ir a clase a estudiar a distancia.

En este caso, la duración del sueño nocturno aumentó en unos 30 minutos durante los días laborales y 24 minutos los fines de semana. El momento del sueño también se hizo más regular día a día y hubo menos ‘jet lag social’.

Los estudiantes se quedaron despiertos unos 50 minutos más tarde mientras permanecían en casa durante los días laborales y unos 25 minutos más tarde los fines de semana. Quienes tendían a dormir menos antes del Covid-19 mostraron más cantidad de sueño después de que dejaran de ir a clases presenciales.

Una vez que los universitarios se vieron obligados a quedarse en casa, el 92% de ellos durmieron las siete horas recomendadas o más por la noche, cuando ese porcentaje era del 84% antes de la pandemia.

(SERVIMEDIA)