La contaminación del aire urbano durante los meses de marzo a octubre cayó un 38 por ciento en todo el territorio español respecto al mismo período en la década anterior (2010-2019), según Ecologistas en Acción, aunque matiza que los datos de noviembre vuelven a repuntar a niveles superiores del valor límite anual (40 ug/m3) y por primera vez en el 2020 las cifras han sido peores que en el 2019, principalmente en Madrid y en menor medida en Barcelona.
La ONG ha presentado este jueves el informe ‘Efectos de la crisis de la COVID-19 sobre la calidad del aire urbano en España’, que ha recogido datos de 129 estaciones de medición, repartidas entre las 26 ciudades de España (todas las mayores de 150.000 habitantes con más de una estación), y además del valor total, también ha desgranado las cifras en tres períodos de estudio: primer estado de alarma (14 de marzo-20 de junio), verano(21 de junio-31 de agosto) y otoño (septiembre y octubre).
En este sentido, según ha explicado el coordinador del estudio, Antonio Castaño, los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2) se redujeron en un 52 por ciento durante el primer estado de alarma, pasando al 28 por ciento en verano y se ha mantenido en otoño con un 29 por ciento. Por lo general, la reducción se ha producido en todas las ciudades, aunque oscila entre el 23 por ciento de Cádiz y Málaga hasta casi el 50 por ciento de ciudades como Vigo, Palma, Vitoria, Alicante, Valencia, Santander y La Coruña. En menor medida, Madrid y Barcelona han descendido las concentraciones de NO2 en un 41 por ciento mientras que Sevilla muestra una reducción del 36 por ciento y Zaragoza del 30 por ciento.
En concreto, durante el primer estado de alarma, los valores marcaron récords al ser los más bajos para los meses de marzo, abril, mayo y junio de la última década en todas las ciudades analizadas. Además, Ecologistas ha sostenido que se mantuvieron «muy por debajo» del valor límite legal, incluso en las estaciones orientadas al tráfico donde se superan estos umbrales con frecuencia.
Asimismo, Castaño ha considerado «imprescindible» abordar la meteorología a la hora de analizar los datos al haber estudiado un periodo en el que el clima sufre modificaciones. Por lo tanto, las comunidades cantábricas tienen valores más altos de contaminación de lo acostumbrado debido a que ha sido una primavera más seca, lo contrario que en el área mediterránea donde ha llovido más de lo habitual, lo que «probablemente haya bajado por eso».
Por su parte, Juan Bárcena, coordinador de la calidad del aire de la ONG, ha manifestado que actualmente la contaminación está «evolucionando» y que se está produciendo «un salto importante» en los datos de noviembre. Particularmente, las ciudades de Madrid y Barcelona «han subido un peldaño» en la contaminación, especialmente Madrid, que tiene doce de las 24 estaciones que están por encima del valor medio y rebasan los límites anuales.
«Madrid en el año marcado por el coronavirus, de continuar con los datos de noviembre, superará el valor límite anual, por lo que se incumplirá un año más las cifras. Si no tomamos medidas valientes, tendremos un rebote complicado», ha lamentado Juan Bárcena.
MEDIDAS
En este contexto, Ecologistas en Acción ha planteado una serie de medidas para frenar los niveles de contaminación del aire y regresar a unos datos similares a la primera parte del año. La coordinadora de transporte de Ecologistas en Acción, Núria Blázquez, ha insistido en que la solución «es reducir el tráfico y reducir la demanda de transporte», por lo que ha pedido continuar con medidas que se tomaron en el estado de alarma.
Por ejemplo, la coordinadora ha recalcado la necesidad de fomentar las compras de proximidad, el teletrabajo y a largo plazo crear las ciudades de 15 minutos, «aquellas que no necesiten desplazamientos con vehículos motorizados».
Además, ha apelado al transporte público, del que ha reconocido que sigue sin aumentar el número de usuarios que se deciden por este método de transporte y ha desvelado que ayer se conoció que la gente coge un 46 por ciento menos el metro que en el mismo mes del 2019.
Por último, ha hecho un llamamiento para poner en marcha «cuanto antes» el Plan Nacional de Energía y Clima (PNIEC) para poder implantar la zona de bajas emisiones en las ciudades de más de 50.000 habitantes aunque esta medida debe ser «eficiente» y «robusta» para reducir los problemas de contaminación y cambio climático.