Hace más de 10 años que Rafa Mora diría en televisión abierta en el programa de cita MYHYV que encontró a su princesa. No se sabe si en realidad lo diría de corazón a Tamara Gorro, quién en ese entonces contaba con 20 años de edad, pero el episodio de su decisión paralizó a toda la audiencia. Tiempo después, ese amor que defendieron tanto terminó. Vivieron momentos llenos de altibajos en donde los rumores de infidelidad siempre amenazaron su relación. Pero como dicen las célebres frases, lo que comienza mal termina mal. Fue la misma Tamara quién le pidió al ex de Soraya que volviera para pretenderla aunque después puede que no le gustara.
Rafa Mora no dudó en ir al programa nuevamente y le comentó a su nuevo prospecto que es un portento, que cuando él se fijaba en alguien lo hacía por su físico y no si tiene un bonito páncreas. Ya el mundo sabía, con esos comentarios, qué clase de hombre era Mora y podría avizorar todo lo que estaba a punto de venir para la pareja. El tronista para ese entonces de Mujeres y Hombres y Viceversa no podía dejar sus comentarios como los había planteado y realzó la transparencia, carisma y personalidad de la joven.
¿Cuáles fueron esos momentos claves de la pareja?
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La historia de amor comenzaría con el llamamiento de Tamara Gorro a Rafa. Le indicó que volviera al programa, pero esta vez no como pretendiente de Soraya sino para conquistarla a ella. Manifestó que quería conocerlo y textualmente dijo lo siguiente «desde el momento en que te vi, no tuve ningun tipo de duda». Como respuesta, el participante que acudió al siguiente día agradeció la petición y se deshizo en halagos para la joven.
Llegaría la primera cita y toda la audiencia estaba absorta sobre si la pareja se agradaría o no. Hubo conexión y hablaron de una posible segunda cita. En las opiniones de Tamara al programa sobre la impresión que tuvo del pretendiente, aludía que le gustó del joven, más que nada, su humildad, aunque pareciera que no la tuviera. El público no le quedó muy claro este comentario, pues era evidente que Mora adoraba su físico muchísimo. Entonces, se entendió que percibió algo que las cámaras no.
