En la actualidad, salir de casa sin una powerbank encima es casi un riesgo, sobre todo si vamos a pasar muchas horas fuera. Claro que siempre puedes llevar tu cargador contigo, pero, ¿y si vas de acampada? En este caso, lo mejor que puedes hacer es llevarte una batería externa. Claro que esta en algún momento te va a descargar por completo, y sin enchufe, de poco te va a servir. Es por ello que lo mejor es hacerte con una powerbank de carga solar.
Esta es sin duda una de las mejores compras para los más aventureros, pero hay que saber elegir, o te estarías arriesgando a llevar un pesado ladrillo contigo. Es por ello que hay que tener en cuenta las funciones que ofrece, y las que estás buscando. A continuación, te mostraremos modelos que nada tienen que ver con las baterías externas que estás acostumbrado a ver. Más que nada porque estas cuentan con placas que absorben la luz del sol para convertirla en energía para cargar la batería. Debido a ello, son menos estilizadas que las powerbank clásicas, además de que su carga es más lenta. Ahora sí, te contamos lo que debes tener en cuenta antes de hacerte con estos dispositivos y cuáles son los mejores.
1Lo que debe tener una powerbank de carga solar
Para empezar, lo primero que debes comprobar es la carga que ofrece la powerbank. Como mínimo, esta debería de ser superior a los 10.000 mAh, de forma que puedas cargar más de una vez tu smartphone. Si es superior, mucho mejor, ya que la cantidad que te hemos indicado es el mínimo para que sea una compra que merezca la pena. También sería importante conocer su eficiencia, recomendamos que sea superior al 90%, de forma que la pérdida de energía sea la mínima.
En una batería externa que tenga carga solar es muy importante controlar que la placa, o placas si tiene varias, estén bien ubicadas. Por regla general, estas suelen estar en la zona alargada para que sea más fácil colocar el accesorio de forma que pueda aprovechar la luz solar lo mejor posible. También es interesante ver si tiene protección en la zona lateral, lo que nos asegurará que una caiga no afecte de forma negativa a todo el equipo.
Con respecto a la conectividad, debe tener como mínimo dos puertos USB de tipo A. Este es el estándar, solo con el cable del propio smartphone ya se le puede dar uso al accesorio. Otra opción sería que contara con más conexiones, como un puerto USB de tipo C. Y claro, no puede faltar un LED de información para así saber la carga de la que dispone en todo momento.