Netflix tiene miles de series y películas en su catálogo, muchas de creación propia, y para reducir la incertidumbre sobre si serán un éxito entre su público objetivo, la compañía recurre a la inteligencia artificial (IA).
La creación de contenidos propios es un riesgo, por el coste que supone y dado que existe incertidumbre sobre la acogida que tendrán los nuevos títulos entre el público objetivo.
La compañía explica en su blog oficial que en la elección de un nuevo título intervienen los ejecutivos de Contenido, Marketing y Producción, quienes tienen en cuenta la calidad de la narrativa, la relación con el contexto social actual y el tamaño de la audiencia, entre otros factores.
También consultan datos históricos de la plataforma, «para ayudar a caracterizar la audiencia potencial de un título» para lo que consultan títulos comparables y el tamaño de la audiencia la región a la que se dirigiría.
Estas decisiones, no obstante, cuentan con el apoyo de la inteligencia artificial, especialmente cuando se toman a escala global, bajo el enfoque de aprendizaje por transferencia.
Esta tecnología puede abarcar un histórico de títulos mucho más amplio, sobre audiencias globales y específicas, y aprovechar cada título histórico «de manera más eficaz al aislar los componentes que son relevantes para el título en cuestión», señalan desde la compañía.
De esta forma, pueden, por un lado, establecer un mapa de títulos por similitud, «para identificar grupos de títulos que comparten elementos comunes, así como sacar a la superficie títulos similares candidatos para un título no lanzado».
En el caso de la audiencia potencial, la IA puede ayudar a determinar tanto el tamaño como el origen. La compañía explica que «saber que un título probablemente atraerá a una audiencia principal en España junto con audiencias considerables en México, Brasil y Argentina» ayudaría a tomar decisiones sobre la mejor manera de promocionarlo y sobre los recursos localizados -como subtítulos o doblajes-, que podrían crearse antes.