Cada vez que From Software saca un nuevo juego se convierte en un acontecimiento único que reúne a una legión de jugadores apasionados por el género de esta desarrolladora. Activision se ha encargado de publicar esta nuevo producto basado en samuráis pero con el sello, con la impronta y con el carácter que el estudio impregna en cada obra suya y no es otro que el hartarnos a morir hasta poder dar con la clave para superar todos los retos.
En un Japón feudal oscuro nos ponemos en la piel de Lobo, un shinobi que deberá rescatar a su señor. Durante ese rescate nuestro protagonista va a perder un brazo que será reemplazado por una prótesis tallada por un maestro tallador de estatuas de Buda. Tendremos que ir profundizando en la historia a medida que vayamos avanzando en el campo de batalla hasta descubrir cada uno de los 4 finales que Sekiro tiene esperando para nosotros. Realmente la historia es directa y comprensible.
Sekiro nos va a hacer morir hasta la extenuación para repetir innumerables veces algunos de los pasajes hasta conseguir que no nos eliminen. Esta es la filosofía de From Software y debemos conocerla para saber ante qué estamos enfrentándonos. Aquí la muerte se utiliza como un aliciente para seguir y poder superar tanto el nivel como a nosotros mismos. A medida que vayamos avanzando en la historia iremos abriendo el campo de visión ya que no todo es la lucha directa en Sekiro, hay multitud de formas de ir superando los obstáculos y deberemos adaptarnos a ellas y usarlas a nuestro favor, es más cuanto antes lo hagamos, menos frustración tendremos y es que si, Sekiro a veces puede llegar a ser algo frustrante.
En Sekiro: Shadows Die Twice controlaremos a un Shinobi ya definido con un estilo de combate y una apariencia que no podremos elegir. Tampoco, como en otros juegos del estudio desarrollador, podremos elegir clase. El protagonista es el que es y solo podremos modificar su brazo y algunas habilidades nuevas. Mezclaremos sigilo, combates y exploración para ir avanzando hacia el siguiente nivel. El control de Lobo es genial y nos encontraremos un personaje que se mueve muy fluidamente y con una gran libertad de movimientos. Su brazo protésico nos dará habilidades extra como por ejemplo, un gancho que nos permitirá alcanzar zonas más altas, lanzamiento de estrellas ninja, y no queremos decir más porque queremos que lo descubráis por vosotros mismos.
Cada enemigo del juego nos puede eliminar y nosotros tendremos que utilizar a nuestro favor cada elemento para ir deshaciéndonos de ellos. Tendremos el ataque con espada y las esquivas, saltos y protecciones y con todo ello podremos romper la guardia a los rivales para hacerles un golpe que sea mortal para ellos cuando nos aparezca un punto rojo en su cuerpo. Esto se puede hacer rompiéndoles la guardia, atacándolos mediante sigilo o realizando combinaciones. En cuanto a los jefes, habrá que hacer varios golpes mortales de estos, marcados en su barra de vida, para terminar con ellos.
Además cada uno de los jefes tiene un tipo de golpe que requiere hacer un combo con una esquiva o un bloqueo que los deje desubicados y pierdan su “postura” que es como les llama el juego. Sekiro nos obliga a conocer muy bien el manejo del personaje y sus movimientos y a ser rápidos de reflejos. Lo que hemos descubierto rápidamente es que atacándolos a todos de frente vamos a durar poco, es necesario que pensemos cómo es la mejor opción de deshacernos de ellos o incluso pasar desapercibidos y seguir adelante, aunque nos dejaremos muchos objetos atrás si decidimos no limpiar las áreas de enemigos y es que la exploración es básica para encontrar objetos y zonas secretas, atajos e ítems clave para mejorar.
El secreto de Sekiro está en romper la postura del enemigo y evitar que nos rompan la nuestra para dejar así al rival sin posibilidad de defenderse y hacer el máximo daño posible. Pero no siempre será posible hacerlo a la primera y muchos de los enemigos nos matarán si nos enganchan con varios golpes. A nuestra disposición tendremos objetos de porcelana para despistarles, ceniza para tirarles a la cara y en último caso objetos que nos curan, reducen el daño y potencian nuestro ataque. Además de otros objetos que cumplen un papel en la historia y que debemos llevar al escultor. También hay otros dos personajes amistosos que son un no-muerto que nos entrenará y nos enseñará los entresijos de la lucha y la médico que nos otorgará más pociones de recuperación a medida que vayamos llevándole unos objetos que nos pide.
También podremos ir mejorando el brazo protésico invirtiendo dinero y experiencia y nuestra barra de vida y postura reuniendo unas cuentas de oración que están ocultos por el mapa y que nos soltarán los jefes. También mejoraremos obteniendo pergaminos y completando misiones secundarias.
La duración de Sekiro dependerá mayormente de nuestro desempeño en el juego. La media de duración puede estar entre 30 y 40 horas ya que al principio nos va a costar más pero a medida que vayamos avanzando y cogiendo los tiempos de bloqueos, esquivas y ataques y conociendo el entorno, iremos avanzando más rápido. Y es que hay que decirlo, Sekiro tiene dificultad alta y quizás si somos nuevos con este tipo de juegos nos va a costar y puede frustrarnos, pero debemos tomarlo con filosofía y como un reto personal porque si nosotros hemos podido completar el juego, cualquiera podrá pero nos ha requerido sudor y sobre todo, muchas muertes. Eso sí, en Sekiro si muere nuestro personaje, perderá media barra de experiencia que se consigue venciendo enemigos, pero en esta ocasión los chicos de From Software han creado un sistema de resurrección que nos devuelve a la vida una vez nos han derrotado. Pero este sistema se recarga según vayamos consiguiendo muertes, ataques y logros, así que no se puede usar de manera inmediata si lo hemos utilizado poco tiempo antes.
Gráficamente Sekiro no es un portento pero su dirección artística y sus escenarios compensan todo. Podremos ver el nivel de detalle de los paisajes más típicos de la región nipona como los cerezos en flor o los árboles de flor roja tan característicos de aquel país. También los edificios están muy bien realizados así como el modelado de los personajes, sus ropajes y sus estilos. Además la cámara, que es en tercera persona, nos dará una visión privilegiada en el momento de las ejecuciones cual película de Ninjas. El juego se mueve con mucha fluidez.
En cuanto al apartado sonoro la banda sonora de Sekiro es de corte japonés y realizada con mucho mimo. Además la música actuará según lo que vaya pasando en pantalla ya que si nos detectan, la intensidad crecerá e incluso en combate los choques de espadas se sincronizarán con la percusión. Sin duda jugar Sekiro con unos buenos auriculares o con un buen equipo de sonido es un plus. El juego viene traducido al español y con voces en japonés y en español, aunque en predeterminado vienen en idioma nipón.
Sin duda Sekiro es uno de los juegos del año y quizás la culminación a lo que viene haciendo From Software durante tantos años con Dark Souls o Bloodborne. En Sekiro tenemos esa esencia pero mezclada con elementos de sigilo, con combates mucho más fluidos y con exploración. Una buena historia, alta dificultad que solo la práctica nos hará superarla. Muchas horas de juego y un mundo de ninjas medievales muy fielmente recreado. Que de Sekiro se esperaba mucho es cierto y que Sekiro no defrauda y se pone a la cabeza de los juegos de este estudio es una gran verdad. Activision nos trae un juego de Ninjas, misterio, y peleas, de los de pasar horas y horas repitiendo, ensayando pero que una vez se completan, lo que nos hace sentir no tiene precio. La auto superación es una de las mejores sensaciones y Sekiro: Shadows Die Twice nos invita a ello a través de la alta dificultad. Sin duda este juego es imprescindible para los poseedores de Xbox One, PS4 o PC porque es de esos que marcan época en el género.