- Ronda 14 fusiona la comida japonesa, peruana y asturiana.
- No dejes de probar el gunkan de huevo trufado. ¡Te sorprenderá!
- Tiene un precio medio de 25-30 euros por persona.
¿Imaginas fusionar la comida peruana, japonesa y asturiana? En un primer momento, puede sonar raro, ¿verdad? Esa es, sin embargo, la deliciosa apuesta de Ronda 14, un restaurante en el céntrico barrio de Salamanca que trae a la mesa lo mejor de tres mundos tan dispares, pero que, a la vez, que se complementan asombrosamente bien.
Desde que abriera sus puertas el Ronda 14 madrileño hace cinco años no ha parado de colgar el cartel de lleno noche tras noche y turno tras turno. Influyen su ambiente animado y bullicioso, su servicio ágil, alegre y atento y una cuidada oferta etílica que apuesta por vinos por copas, referencias curiosas de edición limitada y cócteles con pisco.
Platos que sorprenden
Los platos de Ronda 14, en consonancia, son absolutamente innovadores y sorprendentes. El niguiri de hamburguesa de wagyu con rocoto y quesos azules asturianos es una mezcla que no deja a nadie indiferente: combina lo mejor del sushi con la calidad de la mejor carne del norte de España. Tampoco hay que pasar por alto el ceviche de xarda con leche de tigre al ají limo y calamar, ligeramente ácido y muy refrescante, con una salsa que marida a la perfección con el pescado y el crujiente de los kikos que coronan el plato.
Además, el tiradito a la crema de ají amarillo, con un corte tan perfecto que transparenta y con una salsa perfectamente ligada; o las gyozas criollas con manitas de cerdo, tiernas y jugosas; son algunos de los ejemplos de fusión audaz con los que Ronda 14 ha sorprendido al público más exigente.
No hay que irse sin probar una de las que, sin duda, es de las mayores delicias de la carta: el gunkan de huevo trufado. El huevo, poché, bien cocinado y aliñado, se deshace en la boca, dejando a su paso un intenso sabor a trufa que perdura en el tiempo. Un verdadero manjar.
Cocina callejera
Entre las novedades de Ronda 14 también hay guiños a la cocina callejera de Perú en platos como el bao de panceta confitada a baja temperatura con especias vietnamitas, salsa de cebolla, cilantro, lima y ají lima. Una versión más refinada y picante del contundente bocadillo que se toma en lima de madrugada o como desayuno tardío. El pan, más parecido a una mousse sólida, tal es su ternura, no dejará a nadie indiferente.
“El coronavirus hizo que tuviera que celebrar mi cumpleaños mes y medio más tarde, pero la espera mereció la pena. Probamos hasta 7 platos muy variados, más el postre y dos pisco sour, y todo fue exquisito. El camarero nos atendió estupendamente y nos ayudó con la elección de platos. La cuenta ascendió hasta 93 euros, pero porque no nos privamos de nada. Si vas a comer y te tomas una cerveza, te puede salir por unos 30 euros, un precio muy bueno para la calidad ofertada. Volveremos seguro”, comenta uno de los clientes de Ronda 14.
De la mano de Mario Céspedes
Pero el verdadero secreto del éxito de Ronda 14 es una personalísima propuesta culinaria que rompió moldes y tópicos primero en Avilés y luego en la cosmopolita Madrid y que continúa evolucionando y sorprendiendo con las nuevas creaciones de su autor.
La cocina de Mario Céspedes es el resultado de la insólita unión entre la cocina peruana y sus diferentes variantes y la cocina asturiana. Pero, sobre todo, es una fusión de emociones, vivencias y afectos. De lo aprendido a lo largo de una dilatada experiencia profesional, de los recuerdos de sus viajes, su infancia y sus primeros trabajos en Lima y de un profundo amor por la cocina y por una tierra: Asturias.
Historia de una pasión
La primera de sus pasiones, la que profesa por su oficio, la lleva impresa tanto en el alma como en la piel (tiene tatuajes de algunos de sus ingredientes fetiche) y por eso decidió abandonar la carrera de Administración y Dirección de Empresas en contra de la decisión de su padre y dejar su país para formarse con los mejores. En Perú había trabajado en algunas cebicherías y en el restaurante Costaverde de Lima: “allí aprendí mucho de mucha gente, me enseñaron que hay que probarlo todo y buscar el potencial de cada ingrediente para poder mezclarlo de la mejor manera”. Pero fue en España donde adquirió la técnica, la disciplina, el refinamiento, “a dejar todo en su punto y llevarlo a mi terreno para crear mi estilo y conseguir los sabores que a mí me gustan”.
Primero desembarcó en Girona en El Celler de Can Roca; luego en Madrid donde trabajó en Kabuki y Ramón Freixa y terminó en Asturias donde destacó su paso por los estrellas Michelin Real Balneario de Salinas y El Corral del Indianu. Allí Mario quedó doblemente prendado: por la belleza y la gastronomía del Principado, “es una tierra que engancha y que necesito”, y por una persona, Conchi Álvarez, con quien formó pareja en lo personal y en lo profesional. Él como cocinero y ella como directora de sala y sumiller abrieron Ronda 14 primero en Avilés y cuatro años después en Madrid.
25 euros por persona
Este restaurante se encuentra situado en la calle General Oráa, 25, en el epicentro del madrileño barrio de Salamanca. Su precio merece la pena: entre 25 y 30 euros por persona, una de las causas por las que el local siempre esté lleno. Abren de martes a sábado de 12:00 a 1:30 h y el domingo de 12:00 a 16:30 h. Los lunes es el día que aprovechan para descansar.
Ronda 14 es un auténtico descubrimiento para aquellos aventureros que no temen dejarse sorprender por lo mejor de tres continentes. Un viaje alrededor del mundo a través de platos exquisitamente elaborados y con un punto salvaje que no dejará indiferente a nadie.