Dolor, rigidez y dificultad del movimiento son algunos de los síntomas de la artrosis. Esta enfermedad crónica afecta en España a 7 millones de pacientes. Los fármacos SYSADOA, como el condroitín, son una opción terapéutica eficaz, segura y accesible para su tratamiento, sin embargo, muchos pacientes podrían tener que renunciar a ellos por una posible desfinanciación.
La artrosis es una enfermedad articular degenerativa crónica que afecta al cartílago, hueso y tejidos blandos de la articulación. Puede darse en cadera, rodillas, manos, pies y columna vertebral y afecta a 7 millones de pacientes en España, un 10% de la población.
Este porcentaje representa casi la cuarta parte del total de pacientes atendidos en las consultas de los reumatólogos. Además, se considera la principal enfermedad crónica que afecta a las mujeres, y solo existe tratamiento sintomático para mejorar su calidad de vida porque no tiene cura.
Dos de cada tres pacientes son mujeres, cifra que aumenta a medida que se hace mayor y más al llegar la menopausia pudiendo ser de un 50-60% y alcanzar hasta un 80%. El dolor, la rigidez y la dificultad de movimiento que provoca la artrosis afecta mucho a la calidad de vida. Es por ello una enfermedad muy incapacitante y la responsable de más del 30% de las bajas laborales en España.
Todo esto la convierte en una enfermedad considerada grave por la Organización Mundial de la Artrosis (OARSI) dada su alta prevalencia, que no tiene cura y que limita la vida de los pacientes que la sufren.
Los especialistas deben ofrecer opciones terapéuticas accesibles, que mejoren la capacidad funcional y la calidad de vida de los pacientes con artrosis, que reduzcan el dolor, la inflamación y la progresión de la enfermedad.
Los medicamentos condroprotectores se reafirman como una opción eficaz contra a la artrosis
El condroitín sulfato, sulfato de glucosamina o la suma de los dos, son medicamentos indicados para el tratamiento de la artrosis que reducen el dolor y la rigidez de forma lenta y progresiva. Además, sus efectos secundarios son mínimos, y su tratamiento beneficia a pacientes con artrosis que ya están tomando otra medicación paralela.
A diferencia de los AINE (antiinflamatorios no esteroides), los Sysadoa pueden ser administrados durante largos períodos de tiempo al paciente con artrosis, y con diferentes patologías como diabetes, problemas cardiovasculares o gastrointestinales.
Mientras que los AINE pueden utilizarse de forma puntual (no más de 3 ó 4 días) y deben evitarse en pacientes con otras patologías, el tratamiento con Sysadoa puede prolongarse durante 6 meses ante una respuesta inicial positiva. Finalizado el tratamiento, el efecto puede persistir durante algunos meses más.
El Ministerio de Sanidad está planteando una iniciativa para desfinanciar los medicamentos como el condroitín sulfato
Si esta decisión se lleva a efecto, los pacientes con artrosis tendrán que pagarse las recetas de Sysadoa que los médicos del Sistema Nacional de Salud les prescriban. El paciente artrósico que obtiene alivio a su dolor y que experimenta mejora en su déficit funcional tendrá que pagar si quiere seguir siendo tratado. Esto dejaría un vacío terapéutico a los pacientes vulnerables en términos socioeconómicos.
Desde las Asociaciones de pacientes, alertan que sus tratamientos se verán interrumpidos por una decisión incorrecta desde el punto de vista asistencial. Si esta desfinanciación se lleva a cabo, los pacientes más vulnerables tendrán que hacer sacrificios para costear el tratamiento con Sysadoa o renunciar a él.
En los casos más graves los pacientes tendrán mayor probabilidad de que les sea implantada una prótesis, con los riesgos inherentes a la cirugía y la necesidad de someterse a largos procesos de rehabilitación.
Por eso, desde el colectivo médico no se entiende esta decisión teniendo en cuenta el ya limitado arsenal terapéutico del que se dispone en la actualidad para tratar la artrosis.