Es muy probable que lo dieras todo en la operación bikini para ponerte a punto para las vacaciones y que después durante los días de relax te abandonaras. Si ahora quieres volver a calzarte las zapatillas y recuperar el tiempo perdido debes evitar cometer alguno de estos diez errores para no lesionarte. Las consecuencias pueden ser muy graves como indica Enrique Galindo, traumatólogo de IMTRA.
Pasar de cero a cien
La tentación al regresar a entrenar es para muchos intentar recuperar cuanto antes nuestra forma física y nuestras marcas previas al verano, pero esto es una carrera de fondo.
La constancia y regresar de manera gradual y paulatina, son tus garantías de éxito.
Hay quien intenta entrenar de lunes a domingo, pero como indica Enrique Galindo, traumatólogo de IMTRA «no dejar descansar a los músculos y articulaciones, entrenando más de cuatro días en semana, puede provocar el efecto contrario; el agotamiento del músculo y un mayor desgaste en las articulaciones como rodilla y tobillo».
Saltarnos el calentamiento
Las rutinas de calentamiento son altamente beneficiosas especialmente para el bienestar de nuestros músculos, pero también para nuestras articulaciones e incluso para nuestro ritmo cardíaco.
No importa si hace frío o calor. Incluso al final del verano no deberíamos saltarnos el calentamiento.
“La sensación térmica no afecta a nuestros músculos ni a su elasticidad, por lo que comenzar la actividad física de manera progresiva evita sobrecargas y posibles lesiones,” nos recuerda el traumatólogo Enrique Galindo del Instituto Madrileño de Traumatología.
Correr por la playa
A muchos correr por la playa para aprovechar los últimos días de vacaciones les parece una excelente idea para ir retomando la rutina deportiva, pero puede resultar una tentación contraproducente.
Lo idóneo que recomienda el doctor Galindo es “no más de 20 minutos y hacer la mitad en una dirección y la otra en sentido contrario, para compensar el esfuerzo que soportan nuestras caderas al correr sobre un terreno en desnivel como es la orilla del mar. Si corremos mucho tiempo en un único sentido sobrecargaremos una de las caderas.”
Kilómetros descalzos
La arena de la playa, el césped de jardines y piscinas no son una buena pista de atletismo.
Así que si en las largas tardes estivales se nos despiertan las ganas de retomar nuestro deporte preferido, los profesionales insisten en hacerlo de manera segura. Terrenos inestables como la arena de la costa o el césped no lo son si vamos descalzos.
«No se puede correr sin proteger nuestros tobillos y pies correctamente. Las zapatillas de deporte son fundamentales para evitar torceduras, heridas o pinchazos, pero también para amortiguar la pisada y mejorar la zancada de la carrera» según afirma el doctor Galindo.
No protegernos del sol y ni el calor
Parece evidente pero a finales del verano nuestra tolerancia al calor y al sol es mucho mayor que en las semanas previas y eso nos hace bajar la guardia con nuestra protección. Sin embargo nuestro organismo tiene las mismas reacciones ante unas temperaturas elevadas y ante el sol intenso.
Aunque estemos ya bronceados es imprescindible proteger nuestra piel de los rayos ultravioletas causantes, entre otras patologías, de varios cánceres. Para ello conviene utilizar cremas solares o más ropa de la habitual. Tampoco hay que olvidar protegernos con gorra y gafas, independientemente de la hora a la entrenemos.
Siempre hay que hidratarse continuamente aunque no tengamos sed y aunque el recipiente con agua nos pese en nuestra carrera.
Entrenar sin cuidar la dieta
No somos deportistas de élite, pero si en invierno no salimos a correr después de tomar un cocido contundente, en verano tampoco deberíamos descuidar lo que comemos.
Los médicos advierten de que debemos preocuparnos de lo que ingerimos antes de salir a entrenar evitando comidas copiosas, alcohol y alimentos poco calóricos.
Después de la actividad física, no vamos a privarnos de algo fresquito, pero elije una bebida isotónica para recuperar sales minerales.
Iniciarse en el running sin asesorarse
Correr es una actividad innata al ser humano, los niños pequeños aprenden solos. Sin embargo iniciarse en este deporte requiere unas advertencias previas para evitar daños, lesiones o sobrecargas.
Técnicamente nadie sabe dar la pisada y la zancada óptima para optimizar nuestra energía y movimiento, y para ello hay preparadores físicos especializados.
El material también es básico para no causarnos ningún problema al calzarnos las zapatillas. Hay calzado específico para correr, más ligero y ergonómico para precisamente optimizar el contacto con la superficie del suelo.
«El tiempo que dediquemos a calentar, a carrera suave, a carrera intensa o la tabla de estiramientos posteriores es básico para que el primer día no cometamos tantos errores que al día siguiente no podamos volver a salir a correr», nos recuerda el doctor Galindo Andújar de IMTRA.
Correr con un mal calzado
Suponemos que nadie se dispone a correr en chanclas de manera habitual pero hay quienes al estar fuera de su domicilio habitual no advierten el peligro de elegir cualquier calzado para salir a correr. «El riesgo de lesiones se dispara si llevamos un mal calzado que no amortigua la pisada ni protege nuestras rodillas de los impactos. Muchos corredores tienen que acudir a la consulta precisamente por el desgaste en las articulaciones que se dispara al llevar calzado poco apropiado y que suele provocarles dolor intenso, especialmente en las rodillas. Incluso a la larga tienen que abandonar el running por esta razón», asegura el doctor.
Abrigarse demasiado
Que la ropa no evacúe correctamente el sudor o sudemos en exceso por abrigarnos demasiado puede provocar mayor agotamiento y ahí el cuerpo baja su normal estado de alerta por lo que somos más proclives a tener caídas o torceduras.
Parece evidente que en verano no nos vamos a abrigar, pero si salimos a correr en horas en las que todavía las temperaturas son elevadas, aunque sea nuestra hora habitual el resto del año, hay que molestarse en buscar prendas más ligeras o específicas del verano. Los calcetines y las camisetas son especialmente importantes.
Único deporte: correr
El buen tiempo anima a muchos a realizar actividades deportivas al aire libre, pero los corredores, en general, suelen ser muy fieles y comenten el error de no alternar esta disciplina atlética con otros deportes que ayudan a descansar sus rodillas y tobillos castigados durante todo el año por el impacto constante.
La mejor alternativa es aprovecha las piscinas y el mar para nadar o animarte a alguna actividad en el agua, ya que son las que menos hacen sufrir a nuestras articulaciones y espalda, que solemos castigar durante todo el año.
Waterpolo, aquagym, vóley o cualquier variedad de natación son idóneos para mantener un estupendo tono físico y gastar las calorías demás que solemos tomar en las vacaciones.