Ser enfermera es un trabajo muy duro, que exige muchísimo tiempo, y unos horarios inestables. Sin embargo, hay cosas que no te van a contar las enfermeras, y que aún así deberías tener en cuenta, y eso es lo que te vamos a explicar en este post. Así, la próxima vez que estés cerca de una enfermera como sabrás valorar la adecuadamente.
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Los horarios no son tan relajados
En un principio puedes creer que los horarios de las enfermeras son bastante relajados, porque tienen varios días libres. Sin embargo, no es nada cierto, ya que sus jornadas son intensivas, y tienen que tener todo los detalles atados. Las enfermeras y los enfermeros, no se han metido en esta profesión por el horario de trabajo, sino que en la mayoría de los casos ha sido por vocación.
Así que además, no creas que es un trabajo cómodo por el hecho de que trabajen pocos días a la semana, o tengan varios días libres, porque el horario en realidad es lo más duro que hay. Hay horarios rotativos, y eso puede producir inestabilidad en el sueño, y no podré acostumbrarte a llevar una vida normal. Y eso lo hacen, por el hecho de hacer lo que les gusta.
[nextpage title=»Su memoria tiene que ser extraordinaria»]

Su memoria tiene que ser extraordinaria
La memoria de las enfermeras y los enfermeros tiene que ser algo extraordinario, porque tienen que recordar muchos datos de muchísimos pacientes que tienen en las plantas que les corresponden, así como sus alergias, sus gustos, y cualquier tipo de preferencias que puedan tener. Y si no tienen buena memoria, lo más probable es que sean de lo más organizados.
Es muchísima información, y en muy poco tiempo, porque deben recordar que hay que recoger los resultados, llevárselos los al médico, atender las necesidades de los pacientes y familiares, y todo eso mientras están pendientes de las constantes vitales absolutamente todos los pacientes. Es algo extenuante, y que no está bien recompensado en muchos casos.
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No son solo enfermeros
Ellos no son sólo enfermeros, y ellas no son sólo enfermeras, sino que son superhombres y super mujeres. Porque no sólo están pendientes de las constantes vitales de los pacientes, sino que también hacen de expertos en tecnología cuando algún aparato no va, también son mediadores entre médicos y pacientes o familiares, y ante todo es servicial.
Además, intentan hacer cada uno de estos trabajos con una sonrisa, algo que no siempre consiguen, y que cuando pasa, los pacientes se lo toman mucho en cuenta y muy en serio. Parece ser que a los enfermeros y enfermeras no se les permite tener un mal día, porque cuando lo tienen, los demás los tachan de las peores personas del mundo.
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Grandes humoristas
Todas las enfermeras son grandes humoristas, o tienen un gran sentido del humor. Esto lo desarrollan ya durante los primeros meses de prácticas, porque se dan cuenta de que si todo se lo tomaran muy a pecho, no conseguirían sobrevivir en un ambiente tan inestable como es el de un hospital. Un hospital es un lugar un poco depresivo, porque es donde dan malas noticias, pero también las hay buenas.
Es por eso que las enfermeras intentando mear prácticamente con todo, para que así haya un ambiente positivo. Y un ambiente muy positivo en un sitio donde hay muchos enfermos, es algo muy agradable, y que ayuda a una rápida recuperación. Por eso, son personas extraordinarias que hay que tener en cuenta. No son sólo ayudantes, sino que son responsables también de un ambiente bueno en el hospital.
[nextpage title=»Quieren poner la intravenosa a la primera»]

Quieren poner la intravenosa a la primera
A todos nos fastidia cuando la enfermedad de turno nos pincha en el lugar incorrecto, o no consigue ponernos la intravenosa a la primera. Es algo muy doloroso, y que muchas veces hemos sufrido. Además, muchas veces hemos echado la culpa a la enfermera. Pero esto lo hacemos sin pensar que no lo hacen a propósito.
Tendemos a demonizar a estas personas, porque han hecho algo mal, pero en todos los trabajos se cometen errores, y ellos son los primeros que no quieren cometer un error de este tipo, porque saben que es doloroso, y saben que es algo por lo que nadie quiere pasar. Así que la próxima vez que subas esta situación, mandar un poco la calma, y no empieces a enfadarte con la persona que te está intentando ayudar.
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Deben estar en buena forma
Las enfermeras y los enfermeros deben estar en una forma física excelente, ya que les toca hacer trabajos que no hacen los médicos. Éstos trabajos incluyen levantaba pacientes que el peso, o por ejemplo llevarlos de un lado hacia otro ya sea en silla de ruedas, o intentando ayudarles a caminar. Si a eso añadimos el trabajo de ir de un lado para otro llevando informes informando pacientes y familiares, es comprensible que cuando lleguen a casa están exhaustos.
Es por esta razón que deben estar muy ejercitadas, porque es un trabajo que no es apto para todo el mundo, aunque mucha gente piense que es un trabajo muy fácil. Ser enfermero cuesta mucha dedicación y esfuerzo, no sólo mental, sino también físico.
[nextpage title=»La vida social de un enfermero es complicada»]

La vida social de un enfermero es complicada
Al principio, cuando se es joven, es mucho más fácil mantener las amistades, ya que los amigos se adaptan porque no tienen otras cosas que hacer. Sin embargo, cuando se va creciendo, y madurando, y se está formando una familia, o teniendo otra clase de vida, es mucho más difícil mantener esas amistades.
Y es que tener un horario rotativo, y no saber si puedes quedar tal día,, es algo muy difícil, y que no te permite mantener las amistades, porque están cansados de que pospongas los planes o que los pongas en horarios muy muy difíciles para ellos. Entonces, la vida social de una enfermera es bastante complicada.
[nextpage title=»Las enfermeras también lloran»]

Las enfermeras también lloran
Aunque parezca que ven lo mismo todos los días, las enfermeras también tienen muchos sentimientos. Lo que pasa es que deben ocultarlos un trabajo. No pueden desmoronarse cuando ven alguien triste o cuando un paciente muere, porque tiene que ocuparse de más pacientes. Entonces, es muy habitual que cuando una enfermera llega casa, se ponga llorar, no sólo por la tristeza, sino también por el estrés y la presión.
Son personas emocionalmente muy fuertes, o al menos tienen que serlo, porque lo que ven todos los días en el hospital son cosas tristes, y aunque no lo parezca, uno no se llega a brindar del todo contra esas emociones. Por ejemplo, cuando un niño tiene cáncer, o cuando una persona que ha estado mucho tiempo en el hospital y que ha tratado mucho, finalmente muere. Las enfermeras también lloran.
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Sacrificios personales
Ser enfermera, o enfermero, también supone un gran sacrificio personal. Y es que estas personas también tienen una vida, que puede que no estén disfrutando como deberían. También tienen familias, hijos, y amigos. Y sin embargo, tienen que estar en el hospital cuidando a otras personas que no son su familia ni sus amigos.
Es común que las familias de las enfermeras se sientan un poco abandonadas cuando llevan mucho tiempo trabajando en el hospital. Es algo a lo que uno no se acostumbra, y es muy difícil de sobrellevar. Además, es muy difícil mantener la vida social, y por tanto, la vida de una enfermera conlleva mucho sacrificios personales.
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Aman su trabajo
La gran mayoría de las veces no nos damos cuenta, ya que cuando vamos a un hospital, estamos en un momento muy bajo de nuestras vidas, y es algo muy triste. Sin embargo, las enfermeras aman su trabajo por encima de muchas cosas, y eso también hay que valorarlo. Les da una gran satisfacción ver cómo los pacientes se curan, y cómo consiguen salir adelante.
Al fin y al cabo, es un trabajo muy satisfactorio, que ayuda a valorar a las personas, y que al final aprende mucho sobre la psicología humana. Cuando un paciente se va, porque ya se ha recuperado, ellas son las primeras en alegrarse, no sólo porque tiene menos trabajo, que no es así, porque entrará otro paciente, sino por el hecho de que de verdad se alegran de que te hayas recuperado del todo.