Los controles de alcoholemia son una de las herramientas más importantes de la Dirección General de Tráfico (DGT) para reducir los accidentes en carretera. Tradicionalmente, estos controles requerían que los conductores soplaran en un alcoholímetro para medir la cantidad de alcohol en sangre. Sin embargo, la introducción de una nueva tecnología promete cambiar este proceso para siempre.
Los nuevos alcoholímetros de aproximación permiten a los agentes de la DGT detectar la presencia de alcohol sin necesidad de que el conductor sople. Esta innovación no solo agiliza los controles, sino que también mejora la higiene y facilita la detección de infractores. Pero, a partir de su implementación, han surgido una serie de preguntas: ¿cómo funcionan estos dispositivos? ¿Reemplazarán a los alcoholímetros de siempre? ¿Qué cambios traerán a la seguridad vial en España?
¿Cómo funcionan los nuevos alcoholímetros de la DGT?

Los nuevos alcoholímetros de la DGT utilizan sensores avanzados capaces de detectar partículas de alcohol en el aire exhalado por una persona sin que esta tenga que soplar directamente en el dispositivo. Para ello, los agentes de tráfico solo necesitan acercar el dispositivo a la boca del conductor mientras este habla.
Cuando una persona consume alcohol, este se metaboliza en el organismo y parte de él se elimina a través de la respiración. Los nuevos alcoholímetros de la DGT detectan estas partículas de alcohol suspendidas en el aire y emiten un resultado preliminar en cuestión de segundos.
Si el dispositivo indica que la persona podría estar por encima del límite permitido, las autoridades de la DGT podrían realizar una prueba más precisa con un alcoholímetro tradicional o, en algunos casos, a una extracción de sangre. Este doble proceso garantiza que los resultados sean lo más precisos posible y evita falsos positivos.
¿Por qué la DGT ha implementado esta tecnología?

La DGT ha decidido incorporar nuevos alcoholímetros para reforzar la seguridad vial y mejorar los controles de alcoholemia. Estos dispositivos permiten realizar pruebas de forma más rápida, ya que no requieren que cada conductor sople directamente en ellos. Gracias a esta tecnología, los agentes pueden evaluar a un mayor número de conductores en menos tiempo, agilizando los operativos. Además, al eliminar el contacto físico con boquillas y otros elementos, se reducen los riesgos de contagio de enfermedades, garantizando una mayor higiene en los controles y mejorando la experiencia tanto para conductores como para los agentes.
Estos alcoholímetros también ofrecen una detección preliminar más eficaz, permitiendo a los agentes identificar rápidamente a los conductores que requieren una prueba más detallada. Aunque no sustituyen por completo a los dispositivos tradicionales, su uso facilita una primera evaluación ágil y precisa.
Por otro lado, la implementación de esta tecnología responde a los cambios normativos que entrarán en vigor en 2025, ayudando a la DGT a hacer cumplir las nuevas regulaciones con mayor efectividad. Con estas mejoras, se busca reducir los accidentes relacionados con el consumo de alcohol y fortalecer la seguridad en las carreteras españolas.
Cambios en la normativa: la nueva tasa de alcoholemia en 2025

La introducción de estos dispositivos coincide con un cambio en la normativa de alcoholemia en España. A partir de este año, se ha establecido un nuevo límite de alcohol en sangre y en aire exhalado, el cual será más estricto que el actual. Estos son los cambios principales:
- La tasa máxima permitida será de 0,2 gramos por litro de sangre, en lugar de los 0,5 gramos actuales.
- En aire exhalado, el nuevo límite será de 0,1 miligramos por litro, reduciendo significativamente el margen permitido.
- Se eliminan las diferencias entre conductores noveles, profesionales y el resto de conductores. Todos estarán sujetos al mismo límite de alcoholemia.
Con esta nueva regulación, España se alinea con los países más estrictos de la Unión Europea en materia de seguridad vial. La DGT espera que esta medida ayude a reducir la cantidad de accidentes relacionados con el consumo de alcohol.
¿Qué pasa si un conductor da positivo en un control con el nuevo alcoholímetro?

Si un conductor es sometido a un control con el nuevo alcoholímetro de la DGT y el dispositivo detecta la presencia de alcohol, se procede de la siguiente manera:
- Confirmación con un alcoholímetro tradicional: El conductor deberá realizar una prueba convencional para obtener un resultado exacto de su tasa de alcoholemia.
- Extracción de sangre si es necesario: En algunos casos, especialmente si hay dudas sobre la precisión de los resultados, se puede requerir un análisis de sangre para determinar la cantidad exacta de alcohol en el organismo.
- Sanciones según la tasa detectada: Dependiendo del resultado final, el conductor podrá enfrentarse a multas económicas, pérdida de puntos en el carnet o incluso penas de cárcel en los casos más graves.
Las sanciones por alcoholemia en España varían según la cantidad de alcohol detectada y el tipo de conductor. Con la nueva normativa de 2025, se espera que estas medidas sean aún más estrictas.
¿Los alcoholímetros tradicionales desaparecerán?

A pesar de la implementación de estos nuevos dispositivos, los alcoholímetros tradicionales seguirán utilizándose en los controles de la DGT. Esto se debe a que los nuevos sensores de aproximación solo ofrecen una medición preliminar y no un resultado exacto de la tasa de alcoholemia.
Los expertos en seguridad vial coinciden en que los nuevos dispositivos representan un gran avance, pero no pueden sustituir completamente a los alcoholímetros convencionales. La combinación de ambas tecnologías permitirá realizar controles más eficientes sin comprometer la precisión de los resultados. Además, en casos donde se requiera una prueba legalmente válida en un proceso judicial, se continuará utilizando el método tradicional o una prueba de sangre para garantizar la fiabilidad de los datos.
Impacto de los nuevos alcoholímetros en la seguridad vial

La incorporación de esta nueva tecnología permitirá a la DGT aumentar significativamente el número de controles de alcoholemia en España. Al ser un sistema más rápido y eficiente, se podrán realizar más pruebas en menos tiempo, mejorando la cobertura de las campañas de prevención. Esto, junto con la reducción del límite permitido, debería contribuir a disminuir los accidentes de tráfico relacionados con el alcohol. Un mayor control y sanciones más estrictas también fomentarán una conducción más responsable entre los conductores.
Además, el uso de estos dispositivos no solo refuerza la seguridad vial, sino que también promueve una mayor concienciación sobre los peligros del alcohol al volante. Con la intensificación de los controles, se espera que los conductores adopten hábitos más prudentes antes de conducir. La DGT ha confirmado que evaluará continuamente la efectividad de esta tecnología y, dependiendo de los resultados obtenidos, podría ampliar su implementación en los próximos años para seguir reduciendo la siniestralidad en las carreteras.