Freír patatas parece sencillo pero, ¿te quedan crujientes? ¿son igual de sabrosas que las que comes en casa de tu madre? Hoy te vamos a dar unos trucos para que tus patatas queden crujientes y sabrosas sin que tengas que acudir al restaurante de comida rápida. Ya ves que allí tienen unas freidoras gigantes, donde las patatas nadan en aceite y claro, quedan crujientes, pero también están bañadas en grasa.
No significa que no puedas ir de vez en cuando, pero cuando aprendas estos trucos, ¡no vas a querer salir de casa!
1Elige patatas de calidad
No vale elegir cualquier patata para freír. En la cocina también, como en otras profesiones, hay que utilizar los productos adecuados. Las mejores son las Agria, Bintge, Felix, Kennebec o Spunta. Estas patatas tienen un bajo contenido en agua, almidón y azúcar.
Si se usan patatas para hornear o para cocer, el resultado, evidentemente, no será el esperado y nuestras patatas fritas no quedarán igual. ¿Por qué sucede eso? Porque si utilizamos patatas que no están adecuadas para freír, al tener mucha agua, gran cantidad de almidón y azúcar, enseguida se van consumiendo y no llegan a alcanzar ese «punto» crujiente ni dorado. ¿Lo sabías? Nunca es tarde para aprender algo nuevo y más si se trata de algo tan rico como unas patatas fritas.