Es la misma historia de siempre todas las navidades. La cuesta de enero, para muchos, no se nota solamente en el bolsillo. También se deja sentir en la báscula y en la dieta, que por lo general nos lleva a luchar por purgar los excesos alimenticios de estas fechas. Ya han pasado dos de las grandes comilonas de las fiestas, que son la cena de Nochebuena y la comida de Navidad, pero aún queda Nochevieja, Año Nuevo, Reyes…Varias ocasiones ideales para dejarnos llevar y seguir ganando kilos. Por eso, es imposible disfrutar de los turrones sin pensar qué es lo que haremos en unas semanas para remediar estos excesos de azúcares y calorías.
Habrá quien tenga ya la costumbre y la carrerilla cogida y el mismo 6 de enero empiece ya a alimentarse a base de repollo y brócoli. Lo cierto es que a la mayoría de los mortales nos cuesta pasar de la despreocupación y los atracones navideños a la angustia de la báscula y la desescalada de kilos. Lo mejor para conseguir bajar esos kilos de más es organizarse, mentalizarse de lo que está por venir y tener muy claro qué vamos a hacer y cómo vamos a hacerlo. Si lo dejamos todo para última hora, si no prevemos el modo en que queremos deshacernos de estas calorías, nos va a resultar mucho más difícil conseguirlo. Aquí te contamos cómo puedes ponerte a dieta en enero para dejar atrás los excesos propios de la Navidad.
1Durante la Navidad
Además de pensar con horror en lo que vendrá después de las fiestas y cómo tendremos que ponernos a raya, hay cosas que podemos hacer durante. No dejarlo todo para después de Reyes, sino ir tomando medidas para que luego la báscula no nos dé un susto monumental. ¿Y qué podemos hacer durante las fiestas para no engordar tanto? Por ejemplo, tomar alimentos termogénicos, que son aquellos que aceleran el metabolismo basal durante la digestión.
En esta categoría entran alimentos como cayena o chile, pimienta negra, mostaza, canela, cúrcuma o café. Otra cosa que podrías hacer es reducir el consumo de alimentos a base de hidratos de carbono simples, que son los que nos generan picos muy altos de insulina. Para contrarrestar estos productos, intenta aumentar el consumo de vegetales, grasas saludables (nueces, aguacate, aceite de oliva) y las proteínas de calidad (salmón al horno o pollo a la plancha).