Existen muchos momentos en nuestra vida, en los que el estrés aparece y trastoca de forma irremediable nuestro cuerpo produciendo cambios en el apetito, dolores de cabeza, cambios de humor, molestias en el estómago, entre muchas otras, pero ¿cómo es posible que afecte de forma tan drástica sobre nuestro cuerpo?
Se debe a que el estrés se genera principalmente en nuestro sistema nervioso y afecta absolutamente a todo nuestro organismo y sistemas. Dentro de ellos el sistema nervioso, sistema endocrino (toda nuestra parte hormonal), sistema inmune (fundamental para mantenernos sanos) y, por supuesto, al sistema digestivo.
«En el sistema digestivo encontramos varias partes, una de ellas que es fundamental son los intestinos, los cuales albergan nuestro microbiota intestinal, que consisten en billones de bacterias que tienen funcionas vitales en nuestro cuerpo y muchas veces desconocidas. Cuando tenemos altos grados de estrés, nuestro microbiota intestinal se altera negativamente, desregulando nuestros niveles de neurotransmisores como la Serotonina, Dopamina y GABA, los cuales son fundamentales en los estados de relajación y disminución de la ansiedad, lo cual incrementa los niveles de estrés y así continuamos en este círculo vicioso» comenta Fran Sabal, Nutricionista Licencia por la universidad de Valparaíso y Fundadora de la Escuela de Nutrición Emocional.
¿Cómo podemos darnos cuenta que nuestro estrés está afectando a nuestro sistema digestivo? Atento a los síntomas:
– Hinchazón
– Estreñimiento
– Diarrea
– Estados de ánimo más bajos (depresión)
– Aumento de ansiedad
– Más sueño
– Dificultades para dormir
– Dolores de cabeza
– Falta de concentración
– Pérdida de memoria
¿Qué se recomienda hacer para poder gestionar el estrés y así poder tener un sistema digestivo sano? Fran Sabal nos hace las siguientes recomendaciones:
1º Actividades de relajación, como el mindfulness o meditación, o tomarnos un momento del día para hacer alguna actividad que nos relaje, como pintar o tocar algún instrumento musical, aunque sea por 15 minutos.
2º Una Alimentación Saludable, natural y equilibrada, ya que todos los productos procesados y refinados generan inflamación intestinal y barren con nuestro microbiota, con lo cual preferir siempre alimentos en su versión natural y con un equilibrio entre macro y micronutrientes, el cual conseguimos gracias a «El Método de los 4 Elementos*».
3º Realizar actividad física, la que sea que disfrutemos, esto nos ayudará mucho en la regulación del estrés y ansiedad.
4º Gestión Emocional, para así aprender a aceptar y gestionar nuestras distintas emociones y no vivir en una montaña rusa emocional.
5º Suplementación de prebióticos, probióticos, vitaminas y minerales en caso de ser necesario, ya que muchas veces al mejorar nuestro estilo de vida y entregarle a nuestro cuerpo lo que necesita mediante la alimentación, gestión del estrés y actividad física, es capaz de producir todo lo necesario.
Por todo esto es fundamental el tema de la nutrición emocional, ya que trabajamos los temas del peso, del cuerpo y el bienestar a través de la gestión de las emociones, es decir, tanto a nivel físico como emocional.