No parece que tenga mucho sentido. Al fin y al cabo, ¿no son los limones una fruta como otra cualquiera? Las frutas, de toda la vida, se guardan en la nevera para que así se mantengan a una temperatura fresca y no se estropeen al poco tiempo. ¿Cuál es el motivo por el que no deberíamos hacer lo mismo con los limones?, se puede preguntar uno.
El limón, al igual que la naranja, la lima o el pomelo, pertenece a la familia de los cítricos. Se extraen de los árboles y arbustos llamados rutáceos y un alto contenido en vitamina C y ácido cítrico. Hay una peculiaridad que diferencia a los cítricos del resto de frutas como manzanas, plátanos o las que fueren.
Los cítricos, es decir, los limones, no maduran una vez que los has recogido. Esto significa que, incluso estando a temperatura ambiente, pueden aguantar días y días sin ponerse malos. Si a esto le sumamos sus propiedades y utilidades, no solamente alimenticias, tenemos la respuesta de por qué son unas frutas tan codiciadas. El limón, por ejemplo, es de gran ayuda para quitar manchas de grasa, si se lo mezcla con bicarbonato.
Pierden sus propiedades
Hay muchas cosas que hacemos mal cuando conservamos los cítricos en general, y los limones muy particularmente. Nos sale solo, casi por rutina y costumbre, y no nos paramos a pensar en lo que implica. Por ejemplo, es un fallo muy extendido el colocar los limones unos junto a otros. Error, pues lo único que conseguimos con eso es acelerar la aparición de moho en su cáscara.
Y casi lo mismo es lo que pasa cuando guardamos los limones en el interior de la nevera. Pensamos que así se conservarán mejor y durante más tiempo, pero nada de eso. Y hay una explicación científica y fundamentada para entender por qué sucede esto.
Los limones, al igual que los cítricos en general, están compuestos por unas sustancias llamadas limonoides. Estas tienen propiedades muy saludables, pues nos sirven para prevenir la aparición y crecimiento de células cancerígenas. Y, malas noticias, si metemos los limones en el frigorífico durante mucho tiempo, esta sustancia desaparece. El limón pierde así sus propiedades más positivas y saludables.
En cierto modo es lógico que así sea. Todos los alimentos pierden de esta forma muchas de las propiedades que tienen cuando están frescos. El uso de la nevera o no para guardar limones dependerá de nuestras expectativas. Si vamos a comer los limones en pocos días, no habría problema en guardarlos dentro, e incluso fuera, a temperatura ambiente.
Pero, claro, eso nunca es fácil de determinar. Si compramos un kilo de limones es imposible saber para cuándo los habremos terminado todos. En ese caso, hay que tomar medidas y buscar formas alternativas de conservarlos sin que pierdan sus propiedades más saludables.
¿Cómo conservar limones?
Hay muchas ideas y propuestas eficaces. Una, por ejemplo, pasa por lavarlos bien y con sumo cuidado, cortarlos por la mitad y guardarlos en bolsas herméticas. De esta forma. los limones no empiezan a deshidratarse hasta que pasen cuatro semanas. Es decir, que tienes un mes para acabarte todos los limones antes de que se empiecen a poner malos.
Si no es en bolsas de cierre hermético, puedes hacerlo con papel film de plástico transparente. Asegúrate, eso sí, de que no queda ningún resquicio que quede sin cubrir y por el que pueda entrar el aire frío de las neveras. Para una mayor garantía, puedes meter los limones cubiertos de plástico en un tupper. De esta forma, es imposible que los limones toquen aire o pillen humedad.
Así que ya sabes qué hacer si quieres aprovechar todas las propiedades de los limones. Nada de meterlos en la nevera sin más, porque de esa forma se secarán y perderán su potencial anticancerígeno.