Cualquier nueva tecnología, y sobre todo cualquier nueva tecnología que cambie nuestras vidas de una forma muy radical, tiende a crear suspicacias y recelos. Eso es precisamente lo que ha venido sucediendo con las redes sociales, el smartphone y la tecnología digital en general. De repente, todos nos vimos con un teléfono móvil con conexión a Internet en el bolsillo y se nos fue un poco la cabeza. Empezamos a hacerlo todo por el móvil, a pasar cada vez más horas mirando la pantalla, sentíamos que todo nos aburría menos estar en Instagram…Demasiados cambios en muy poco tiempo.
Muy pronto surgieron voces de alarma y llamadas a la prudencia. Una tecnología con tanto poder como es Internet y los teléfonos móviles inteligentes deben utilizarse, sí, pero con sumo cuidado. Sus consecuencias para distintos aspectos de nuestra vida como sociedad, y también de nuestra salud, pueden verse seriamente perjudicados. ¿Qué pasará con los niños y adolescentes?, ¿dejaremos de relacionarnos cara a cara?, ¿nos volveremos más estúpidos y nuestra memoria más frágil? Una reciente investigación ha venido a poner un poco de calma en medio de este pánico.
1Una investigación a contracorriente
En los últimos años, numerosos psicólogos y otros profesionales del ramo se han dedicado a estudiar el impacto psicológico del uso masivo de las nuevas tecnologías. Los enfoques de dichas investigaciones han sido de lo más diversas y se han centrado en aspectos muy diferentes de la psicología humana: la atención, la memoria, la impulsividad, los complejos, la relación con los demás…Buena parte de esos estudios asume que, a mayor tiempo conectado al teléfono, mayor daño psicológico o cognitivo sufre el sujeto.
No obstante, este mismo mes de noviembre se publicó en la revista Technology, Mind, and Behavior un artículo que pone en duda ese punto de vista. Bajo el título de “Quantifying Smartphone “Use”: Choice of Measurement Impacts Relationships Between “Usage” and Health”, los psicólogos autores del estudio aseguran que pasarse horas y horas trasteando con el teléfono móvil no tiene ningún impacto negativo en nuestra salud mental ni en nuestro bienestar psicológico.