El objetivo de utilizar corazones de cerdos para resolver la escasez crónica de estos órganos de donantes parece estar al alcance, según una nueva revisión científica de los investigadores del Hospital General de Massachusetts (Estados Unidos). Esto científicos predicen que los primeros humanos podrían recibir corazones de cerdo trasplantados tan pronto como a finales de 2021.
Este análisis, publicado en la revista ‘Circulation’, describe cómo los recientes avances en la ingeniería genética y el desarrollo de fármacos condujeron al reciente y exitoso transplante de corazones de cerdos a babuinos por un equipo en Alemania. Este pionero xenotrasplante cardíaco (implantar un corazón de una especie a otra) podría ayudar a prolongar y salvar incontables vidas humanas.
El trasplante de corazón es a menudo la única esperanza de supervivencia para los pacientes con insuficiencia cardíaca grave y otras condiciones cardíacas que no responden a otros tratamientos. Un paciente que necesita un nuevo corazón típicamente espera más de seis meses para que un órgano de un donante esté disponible, y a menudo mucho más tiempo. Para muchos, la espera es demasiado larga.
El autor principal de este trabajo, Richard N. Pierson, y sus coautores discuten los avances científicos que han superado los obstáculos para el xenotrasplante cardíaco. Por ejemplo, el sistema inmunológico de los babuinos y otros primates (incluidos, presumiblemente, los humanos) reconoce los corazones de los cerdos como ‘extraños’ y los ataca, lo que provoca el rechazo de los órganos. En respuesta, los científicos han utilizado técnicas de ingeniería genética para producir cerdos cuyos órganos carecen de ciertos carbohidratos que son los principales objetivos del sistema inmunológico.
La ingeniería genética también ha ayudado a resolver otro problema con el xenotrasplante cardíaco. En los primeros experimentos, se descubrió que la incompatibilidad entre las proteínas de la sangre humana y las proteínas del revestimiento de los vasos sanguíneos de los cerdos podía causar coágulos de sangre.
Pierson y sus colegas han contribuido a los esfuerzos para desarrollar y probar cerdos que están diseñados para portar los genes responsables de producir una versión humana de una proteína llamada trombomodulina, que mantiene la coagulación bajo control.
La innovación en el desarrollo de fármacos también ha hecho posible el xenotransplante cardíaco. Los receptores de los trasplantes deben tomar medicamentos que suprimen el sistema inmunológico para evitar el rechazo del órgano. «Pero esos medicamentos no funcionan cuando se coloca un órgano de cerdo en un babuino», señala Pierson, sugiriendo que la supresión inmunológica convencional tampoco funcionaría en los humanos.
Para resolver este problema, Pierson colaboró con otros investigadores para desarrollar anticuerpos monoclonales que bloquean las moléculas ‘costimulatorias’ conocidas como CD40 y CD154. Estos anticuerpos monoclonales evitan que las células inmunes humanas o de los babuinos ataquen los órganos de los cerdos mucho más eficazmente que los inmunosupresores convencionales.
Por último, esta revisión aborda la cuestión de si el trasplante de órganos animales a los seres humanos podría transmitir enfermedades infecciosas, una preocupación que se ha visto aumentada por la actual pandemia de coronavirus. «Eso parece bastante improbable.
La culminación de mucha investigación y trabajo duro de nuestro grupo y otros en los últimos 35 años es que ahora parece que el trasplante de corazón de cerdo a humano es factible», señala Pierson.