Durante los últimos años, las investigaciones han avanzado más en el conocimiento sobre el cerebro humano que en casi toda la historia anterior. Esto se debe en gran parte a los avances de la neurociencia y al uso de máquinas, como por ejemplo, la resonancia magnética funcional. Sin embargo, también es cierto que el cerebro sigue siendo un gran desconocido y que muchas de sus funciones siguen resultando misteriosas.
Por ejemplo, no sabemos cómo es capaz de recordar sucesos, cómo procesa las emociones y qué es lo que determina la inteligencia de las personas, por qué soñamos, etcétera.
Lo cierto es que el cerebro nos hace ser como somos y quiénes somos, es un órgano que pesa solo unos 2 kg y que, sin embargo, determina toda nuestra existencia.
1El cerebro no siente dolor
Dentro de nuestro cuerpo, el cerebro es el único órgano que carece de receptores del dolor. Este es un hecho cuanto menos extraño, ya que es el que se encarga de procesar las señales de dolor del resto del cuerpo. El dolor es un sistema de advertencia que nos avisa de que algo está siendo dañino para nuestro cuerpo y busca una reacción que permita solucionarlo.
Los nociceptores son las terminaciones nerviosas que se encuentran en la piel, en las articulaciones y en algunos órganos internos y son los receptores del dolor. Ellos se encargan de detectar variaciones físicas químicas o térmicas que podrían destruir nuestros tejidos y de enviar impulsos hacia la médula espinal que de ahí, viajan al cerebro. Este es finalmente quien decide si produce o no dolor.