Hablamos con Tomas Elías González Benítez, entrenador venezolano con más de treinta años de experiencia en el mundo físico y nos revela sus trucos
Queda menos de medio año para comience el verano y ya empezamos a pensar en la “operación bikini”. Además de cuidar la alimentación, por todos es conocida la necesidad de hacer ejercicio para quitarnos esos kilos de más que podamos haber cogido durante el invierno, más aún ahora que el coronavirus nos ha obligado a permanecer tanto tiempo en casa.
Cuando pensamos en hacer ejercicio físico para perder peso, lo primero que nos viene a la cabeza el ‘cardio’, esto es, los ejercicios aérobicos de intensidad media que nos requieren estar en movimiento constante: correr, bicicleta, spinning, zumba… Pero, ¿es esa la mejor estrategia para lograr nuestros objetivos?
Según Tomas Elías González Benítez, no. Este venezolano lleva treinta años en el mundo del ejercicio físico y ha colaborado con gimnasios del mundo entero. “Cuando alguien quiere perder peso, lo primero que hace si viene al gimnasio es subirse a una cinta o una bicicleta y comenzar a correr. El resultado es obvio: se cansa y se aburre, y a las dos semanas no le vemos más”.
Las clases grupales como spinning son una gran alternativa, ya que añaden la motivación de estar dirigido por un tutor, “pero tampoco son la mejor opción”, añade González Benítez. “Obviamente, al movernos de continuo durante mucho tiempo perderemos peso, pero hay que tener en cuenta que gran parte de ese peso es agua que luego recuperamos. Lo mejor, para mí, es combinar los ejercicios aérobicos con el entrenamiento de fuerza«.
El entrenamiento de fuerza supone, al final del día, una inversión en nuestro cuerpo, menos inmediato que los ejercicios aeróbicos, pero más duradero. “Cuando entrenamos fuerza lo que pasa es que aumentamos la masa muscular, por lo que para movernos el cuerpo necesitará más energía y consumirá más calorías, es lo que vulgarmente se conoce como acelerar el metabolismo”, confirma Tomás Elías González Benítez. “Por eso lo ideal es hacer ambos, bien en el mismo entrenamiento –por ejemplo, haciendo 15 minutos de cardio y 30 de fuerza- o bien en días alternos, combinando la fuerza con el running o la natación, que son deportes en los que más se potencia la parte aeróbica”.
Eso sin mencionar, claro, que con los entrenamientos de fuerza nuestro cuerpo queda tonificado, al contrario que con los entrenamientos aeróbicos, donde apenas se trabajan los músculos, por lo que el cuerpo estará firme y más “en forma”. “Una cosa que a veces olvida la gente”, comenta Tomás Elías, “es que es muy sencillo convertir un entrenamiento de fuerza en un ejercicio aeróbico: basta con combinar los ejercicios de modo que podamos reducir los descansos y lograr así aumentar el gasto calórico en los ejercicios”.
Ventajas del entrenamiento de fuerza
Además de las ventajas que pueda tener el entrenamiento de fuerza respecto al aspecto físico, también hay que tener en cuenta las ventajas que este aporta a nuestra salud. El doctor Rodrigo Fuentes de Santos nos lo confirma: “Recientes estudios demuestran que el entrenamiento de fuerza se relaciona con una mayor calidad y esperanza de vida”. Cuando envejecemos, uno de los principales problemas que sufrimos es que nuestro cuerpo va perdiendo fuerza, y los huesos son más frágiles, “por lo que aquellos que tienen unos músculos fuertes y los mantienen activos serán capaces de tener una mayor calidad de vida en la vejez”, confirma el doctor Fuentes de Santos.
Por si no fuera poco, resulta que el entrenamiento de fuerza es especialmente beneficioso para las mujeres, ya que es capaz de prevenir la aparición de osteoporosis.
Así que ya lo saben, si están dudando en si comenzar a hacer ejercicio o en cual deberían escoger, no descarten rápidamente el entrenamiento de fuerza. Eso sí, no olviden las palabras del entrenador Tomás Elías González Benítez: “Conseguirán mejores resultados si cambian la rutina mínimo cada mes: si el cuerpo está en constante reto, ahuyentaremos la monotonía y potenciaremos la pérdida de grasa corporal”. ¡No hay excusas!