En los últimos años la preocupación por el medio ambiente, la ecología, la sostenibilidad del planeta y de algunos de sus recursos más valiosos como el agua, ha motivado que muchos gobiernos, empresas y ciudadanos opten por adoptar medidas encaminadas a ahorrar, aprovechar eficientemente la energía, y a utilizar aparatos cada vez más eficientes, funcionales y beneficiosos para los usuarios.
Algunos de estos aparatos han ido sustituyendo -especialmente en el ámbito doméstico– a los viejos modelos de lavadoras, televisiones, frigoríficos o lavavajillas, por opciones más modernas, versátiles, de gran eficiencia y bajo consumo. Sin embargo, todavía hoy en día hay determinados aparatos que despiertan ciertas incertidumbres sobre el ahorro, y de si realmente son interesantes de adquirir e incorporar a una cocina. El ejemplo más claro es la duda que surge para las personas que desean comprar lavavajillas con la idea de sustituir el lavado a mano tradicional de los platos, cubiertos y menaje en general.
Desvelando la realidad del ahorro al utilizar lavavajillas
Dos de los grandes pilares que alegaban los defensores del lavado a mano frente al uso de lavavajillas eran la eficiencia y el gasto. Entendían que estos aparatos no limpiaban en profundidad, dejaban marcas y precisaban de demasiada energía, tiempo y uso de pastillas que excedían el coste total, y que no representaban una ventaja real frente lavar a mano.
Sin embargo, esos obsoletos argumentos han sido derrumbados recientemente por estudios profesionales, avalados por organismos de gran prestigio. Así por ejemplo, según la Organización de Consumidores y Usuarios el uso de lavavajillas permite disfrutar de un ahorro real, especialmente de agua y energía. Las pruebas realizadas muestran que tan solo es necesario de media unos diez litros de agua por servicio, al contrario del lavado a mano, que precisa de hasta diez o incluso veinte veces más de agua, para poder limpiar la misma cantidad de platos sucios.
Los nuevos modelos de friegaplatos no tienen nada que ver con las primeras versiones, más aparatosas, ruidosas y costosas, que precisaban de un importante consumo eléctrico. Los actuales lavavajillas de categoría A+++, mucho más eficientes, especialmente cuando funcionan en modalidad económica ECO, permiten ahorrar hasta un veinte por ciento en electricidad, y hasta algo más del quince por ciento en el consumo de agua. Además, funcionalidades muy interesantes como personalizar los niveles de abrillantador y de sal, así como enjuagar previamente y ubicar correctamente el menaje dentro para su lavado, facilitan poder disfrutar de un lavado adecuado y profesional, además de un gran ahorro al cabo del año.
Comprar un lavavajillas eficiente que permita ahorrar
Actualmente la principal prioridad para muchas familias en los hogares es el ahorro; tanto de energía como de dinero, pero sin renunciar a la calidad y eficiencia. Cuando se desea comprar un lavavajillas eficiente a un buen precio de las principales marcas, es importante recurrir a sitios profesionales y con una larga trayectoria en sector como Biopen, especializados en ofrecer el mejor asesoramiento, así como el mejor y más adecuado producto para cada tipo de usuario, en base a sus necesidades, presupuesto y hábitos de uso en sus casas.