El Real Madrid comenzó la temporada 2020-2021 con algunos tropiezos que los han tenido en boca de muchos, que al parecer ya olvidaron que el conjunto blanco es el actual campeón de Liga. Como este deporte es de actualidad la exigencia es máxima; por eso en el equipo merengue el empate ante la Real Sociedad no gustó nada y la victoria frente al Betis, casi ‘in extremis’ tampoco agradó. Además, al ruido creado por la ausencia de Hazard por su sobrepeso, las polémicas e inexplicables decisiones de Zidane y a la falta de gol, ahora se le suma un nuevo tema que preocupa a los madridistas: la falta de relevancia que tiene Martin Odegaard dentro del equipo.
Para esta nueva campaña, el noruego regresó como el gran refuerzo soñado por todos, desde el entrenador francés hasta el último aficionado; sin embargo, en los último dos choques el noruego ha salido de titular y en ninguno ha conseguido hacer nada destacable. No hay ni una sombra del jugador voraz, incisivo y determinante que fue con la Real, lo cual le genera un problema a un Zidane que está decidido a apostar por él; pero que en estos momentos ve como su confianza cae en saco roto. Aunque la respuesta a la desconexión puede deberse al proceso de adaptación, la prensa especula con sus molestias de rodilla pueden seguir presentes.
Unas molestias de las que todavía se recupera
Odegaard estuvo unos meses luchando con unas molestias en su rodilla, tanto así que luego del regreso tras el parón por la pandemia el coronavirus, nunca pudo volver a ser ese futbolista que deslumbró en la primera mitad del campeonato y que lo llevó a ser catalogado como uno de los mejores, tal vez el mejor, hasta ese momento. Sus problemas lo llevaron a salir varias veces antes de tiempo y la Real Sociedad no pudo lograr el objetivo de clasificarse a la Champions League.
A pesar de las recomendaciones de los médicos, el noruego se negó a dejar tirado al equipo y decidió luchar con ellos en busca del máximo objetivo europeo; incluso poniendo en riesgo su posible regreso al Madrid. No obstante, Zidane tenía claro que la vuelta del nórdico debía suceder sí o sí, por lo que no dudo en romper el trato con el equipo donostiarra y acabar con la cesión de dos años que tenían pactada con ellos.
Además, el hecho de que Odegaard se tomara el descanso luego de la liga para recuperarse y se negara a ir con su su selección para ponerse bajo los cuidados de los médicos merengues convenció aún más de su decisión al técnico galo; que ya no solo confiaba en sus cualidades, también comenzó a hacerlo en su compromiso con su proyecto y todos saben que los que hacen eso se convierten en uno de «los hombres de Zidane». Si bien los rumores continúan, sus problemas de rodilla parecen haber remitido o por lo menos no le molestan tanto como en el pasado; por lo que el francés lo está utilizando en su esquema como su generador de ataque, pero por ahora no ha funcionado.
La adaptación de Odegaard será poco a poco
Si bien las molestias pueden persistir, lo de Odegaard parece más a un problema de adaptación al nuevo esquema. En la Real podía estar un poco más a sus anchas, controlando el mediocampo y haciendo de las suyas con sus pases; no obstante, el francés lo coloca como su mediapunta y si bien tiene mucho margen para maniobrar hacia adelante, no puede retrasarse para armar mejor el juego.
Todo acaba de empezar y la confianza de Zidane es plena en el noruego, al que ve como su nueva llave para abrir el ataque. Ante el Valladolid puede que tenga una nueva oportunidad de brillar, pero tras dos partidos como titular puede que esta ocasión el galo decida darle un descanso; aunque en los minutos finales puede ver acción para continuar con su proceso de adaptación. El entrenador francés no va a ceder, por lo que el noruego debe demostrar que tiene el potencial para revertir las críticas y probar que la única verdad será que dominará el mediocampo blanco la próxima década.