El futuro del Atlético de Madrid puede esclarecerse muy pronto en cuanto a la delantera se refiere. Aunque parezca contradictorio decir que que pronto pueda resolverse el problema, la marcha confirmada de Diego Costa, quien rescindió contrato con los colchoneros aduciendo motivos personales, abre un hueco que puede ser llenado con ese nuevo atacante que tanto anhelaba Diego Simeone y que siempre le negaban. Sin el brasileño en la plantilla tiene posibilidades de que llegue esa nueva arma y todos apuntan a que será nada más y nada menos que Arkadiusz Milik.
Si bien han surgido varios rumores que colocaban Fernando Llorente o a Gio Simeone en el equipo rojiblanco, en los últimos días la prensa ha dicho que Loren y Dzeko son grandes opciones; pero es el polaco el que se ha impuesto como el favorito. De hecho, son muchos los que confirman que ya tienen el «sí» del delantero, por lo que solo falta negociar con un Aurelio De Laurentiis que siempre es difícil de convencer. La realidad apunta a que dentro de poco podría llegar al Atlético un delantero que puede encajar a la perfección en el esquema del «Cholo».
1Un delantero que se asocia bien
Sacar a un delantero como Milik del Nápoles costaría en otros tiempos mucho dinero; no obstante, apartado del equipo por De Laurentiis, acusado como uno de los principales del motín del año pasado y con su contrato cerca de vencer (junio 2021), realmente parece muy sencillo ahora. Al menos así lo sería si hubiera un presidente normal, pero el mandatario del equipo azzurro no quiere dejarlo salir por menos de 20 millones de euros; mientras que el Atlético ofrece unos 10 millones de euros. Las negociaciones serán duras, aunque por un delantero con unas características tan especiales puede que si estén más que justificadas.
Entre sus cualidades más destacadas es que es un atacante que suele asociarse bien con sus compañeros. Su buen sentido de la orientación hace que se posicione bien en el campo, al punto de que no le hace falta estar pegado en el área para buscar balones. La altura que tiene (1,86 m) tampoco es una impedimento para que sea muy técnico, al punto de que no encaja en ese perfil de tosco y cabeceador que muchos le pueden colocar. En definitiva, sus movimientos lo hacen un gran delantero para equipos con despliegue y también destaca lo bien que combina con otros, por lo que actúa perfectamente como segunda punta, tal y como ha demostrado en Polonia con Lewandowski.