Los partidos del Real Madrid en la Champions League de esta temporada se están volviendo un calvario, pero al menos esta vez las ganas fueron las suficientes para responder ante los golpes que le daban. Frente al Shakhtar Donestk se apagó por completo y le reacción no bastó; contra el Borussia Mönchengladbach los despistes condenaron a los blancos y el arreón final salvó un punto; pero ante el Inter de Milán las idas y venidas fueron durante todo el partido, vibrante hasta más no poder, en el que los golpes volaron de esquina a esquina hasta el Madrid dio el definitivo para ganar por 3-2.
El problema es que hasta que los menrengues dieron ese puñetazo final, poco faltó para que fueran ellos los que se quedaran en la lona. Los problemas en defensa son evidentes y deberán ser la base en la que Zidane trabaje; no obstante, esta vez los golpes precisos, la fuerza de la juventud y cambios certeros dieron un triunfo que le da vida a un Real Madrid que se vio en Europa League durante unos minutos del partido y al final pudo levantarse para recordar que a este equipo nunca se le puede dar por muerto.
Fede Valverde fue clave en el triunfo
Entre las claves del Real Madrid estuvo esa intensidad que aplicó desde el inicio tanto para presionar arriba como para ayudar en los relevos defensivos y en ambas facetas el hombre a destacar fue, sin duda, Fede Valverde. El uruguayo se erigió como el pulmón de un mediocampo en el Casemiro estuvo algo fallón y Kroos algo intermitente en sus intervenciones.
Zidane quiso atosigar a un mediocampo en el que Brozovic y Vidal no estuvieron en su mejor día, pero que el juego por las bandas con Young y Hakimi se hicieron un incordio constante. Sin embargo, Valverde aparecía en todo lados como si hubiera aprendido la teletransportación del mismo Goku, ya después salieron otros hombres claves como Benzema, que sigue en racha con el gol; Sergio Ramos que volvió a ser vital en ataque y defensa; Lucas Vázquez, que no se cansó en la banda derecha y cada vez se le ve mejor de lateral; y por su puesto Vinicius y Rodrygo, que entraron para salvar al Real Madrid.
La juventud salva al Real Madrid
Tras un intercambio de golpes inicial, el Real Madrid pudo adelantarse; pero es que el partido fue tan loco que no dio tiempo ni de que celebraran su ventaja. Apenas marcaron el segundo tanto los merengues, Barella (el mejor del Inter) se sacó de la chistera una asistencia de tacón que Lautaro Martínez aprovechó muy bien para recortar distancia; y ya en el segundo tiempo el Inter fue el que se vino arriba para anotar el segundo, obra de Perisic, tras un despiste de los blancos. Los nerazzurri estuvieron cerca de sentenciar en dos ocasiones, pero la juventud llegó al rescate.
Vinicius y Rodrygo, quienes habían entrado a la hora de partido, cambiaron la situación un golazo de bandera. Tras un robo de, quien si no, Fede Valverde, este mandó un balón largo a Vinicius que llegó muy fácil y con la zurda le mandó un pase a un Rodrygo que le dio tiempo de controlar y disparar a la escuadra de un Handanovic que nada pudo hacer. Los cambios de Zidane esta vez no solo fueron a tiempo, sino que además funcionaron; solo tardó un poco en meter a Modric, pero cuando lo puso el Real Madrid creció más, al punto de que Benzema tuvo dos más para sentenciar. Los jóvenes y el entrenador francés tuvieron su cuota en una victoria que da un respiro.
Precisión en ataque que faltó en defensa
En un partido de ida y vuelta, con múltiples ocasiones, lo más importante es la calidad que tengan frente al arco rival y en ese apartado fue el Real Madrid el que más lució. Si bien el Inter fue el comenzó mejor, no pudo aprovechar sus contras y cuando el Madrid se asentó pudo dar dos estocadas; la buena noticia es que estaba Barella para hacer magia y responder con un jugadón al que Lautaro Martínez le hizo justicia. Ya en la segunda parte fueron los nerazzurri los que entraron mucho mejor y tras empatar, tanto el argentino como el croata pudieron sentenciar, pero no tuvieron la precisión necesaria.
Varane sigue siendo la cara de las equivocaciones merengues, porque en los dos goles lució como el despistado del grupo. Aunque el primero llegó producto de una genialidad, el francés marcó muy tarde al argentino; mientras que en el segundo fue más una mala salida de Sergio Ramos lo que propició el gol, pero el francés se quedó estático tanto para salir como para regresar y defender al croata. La calidad del francés no se discute, es un campeón del mundo, pero desde hace un tiempo para acá es solo escuchar el himno de la Champions para que se transforme en alguien completamente distinto.
Benzema, Sergio Ramos y Rodrygo tuvieron la precisión que a los del Inter les faltó; pero la verdad es que los tantos ayudaron a palear unos despistes defensivos que siguen penalizando la producción goeladora de los blancos. Zidane tendrá que trabajar para asegurar una defensa en la que Courtois, Ramos y Lucas Vázquez son los únicos que están trabajando bien. Por ahora siguen con vida, pero todavía falta asegurarla en esta Champions que ya es una locura.