Si bien es el Real Madrid el equipo que ha ganado todos sus duelos en esta vuelta tras el parón (18 puntos de 18), que el Villarreal es el que mejor está jugando y que el Barcelona se encuentra en llamas, el verdadero nombre propio de este regreso es Marcos Llorente.
Diego Simeone ha revolucionado al conjunto colchonero con la entrada del mediocentro, pero lo más especial es que el español ha entrado en el equipo titular en una posición que no es la suya, ahora juega en la delantera y todo eso es mérito exclusivo del entrenador argentino.
Simeone lo volvió a hacer
Tal como hiciera con Juanfran hace unos años, el “Cholo” se sacó de la manga a un jugador que utilizó en una posición que no es la suya cuando más lo necesitaba, contra el Liverpool en el duelo de Anfield. Puede que en los entrenamientos destacara tanto en la faceta ofensiva que Simeone se arriesgó y ganó con su apuesta, desde entonces el cambio se ha venido materializando de forma espectacular, con titularidades, goles, asistencias y generando mucho juego en ataque.
La dificultad radica en que este cambio de posición de Llorente no se da hacia atrás, sino hacia adelante, un paradigma extraño y es que el canterano del Madrid lo es. Un jugador que destacó en grande con el Alavés hace unas campañas defendiendo y comandando el mediocampo, pero con una vigorosidad y un sentido en el ataque muy peculiar que el estratega argentino no solo supo ver, también explotar.
Cualidades en ataque
Su tranco largo y su velocidad lo hacen una buena opción de pase para sus compañeros, que apurados pueden confiar en que a cualquier pelota el madrileño pueda llegar. Pero no solo es su capacidad física, su inteligencia en los movimientos en corto y su posicionamiento a la hora de recibir el balón lo hacen parecer un delantero de toda la vida. La sapiencia que demuestra en la posición impresiona a propios y extraños que no saben lo que pasa hasta que lo ven celebrar.
Antes del parón el Atlético adolecía de una falta de ataque increíble, pero este retorno encontró en Llorente ese agitador especial que tanta falta le hacía, la mayor prueba estuvo en el partido ante el Alavés. El equipo estaba jugando sin ideas con un estilo ramplón, pero entró él y el juego dio un vuelco total. En dos minutos generó la falta que dio pie al gol de Saúl y cuando salió Joao Félix y pudo ubicarse en punta junto a Costa, galopó hasta el área para conseguir la falta que se transformó en el penal de la victoria.
Con el antiguo mediocentro, Simeone encontró ese atacante que pedía a gritos y el Atlético esa vida extra que siempre ayuda cuando más hace falta. Ya se verá si el cambió será para siempre, pero con Llorente el argentino halló una joya a la que no se debería cansar de ver brillar.