Aunque aún quedan décadas, tal vez más, para que se plantee de forma realista la posibilidad de colonizar Marte, la cosa va tomando forma. Según unas recientes investigaciones, los primeros colonizadores de Marte podrían construir sus casas usando un material que incluye quitina, una sustancia fibrosa que se encuentra en gran cantidad de organismos vivos como peces y hongos. Este nuevo material ha sido desarrollado por el científico español Javier Fernández y sus colegas de la Universidad de Singapur. Para conseguirlo, crearon objetos de diferentes tamaños, desde figuras de juguete hasta herramientas básicas.
La cuestión de las expediciones tripuladas a Marte lleva décadas debatiéndose. Recientemente, la NASA ha expresado su esperanza de que pueda instalarse un emplazamiento fijo en el planeta rojo para la próxima década. Entre los muchos retos que deberán encarar los colonizadores, uno de los más importantes es la escasez de recursos en la superficie de Marte. Algo parecido empieza a pasar en la Tierra, donde ciertos recursos se están consumiendo rápidamente y, cada vez más, se avanza hacia una economía de procesos circulares y sostenibles.
La receta
Una solución prometedora es la de crear materiales usando quitina, el segundo polímero más abundante en la naturaleza después de la celulosa. Aunque los organismos que producen quitina dificilmente podrían vivir en Marte, se baraja la posibilidad de crear en la Tierra un ecosistema artificial en el que puedan producir la sustancia.
El equipo de Fernández creó este nuevo material extrayendo un tipo de quitina del exoesqueleto de un calamar. Dicha sustancia se trató luego con hidróxido de sodio. Este químico sí que sería posible obtenerlo en Marte a través de un simple proceso de hidrólisis electrolítica.
Posteriormente, los científicos disolvieron la quitina en una baja concentración de ácido acético. Este producto, comúnmente utilizado para la fermentación, será crucial para el suministro de comida en un hipotético asentamiento en Marte. Al final, mezclaron la solución de quitina con un material pulverizado que simulaba ser “aceite de Marte”. Todo junto resultó ser un sedimento espeso, ideal para la construcción. El único ingrediente necesario a parte de los anteriores es el agua, que fácilmente puede encontrarse en el subsuelo de Marte en forma de hielo. Los científicos describieron sus experimentos en un artículo reciente publicado en la revista PLOS ONE.
“La tecnología se desarrolló originalmente para crear ecosistemas circulares en entornos urbanos”, explicó Javier Fernandez. “Pero debido a su eficiencia, también es el método más eficiente y escalable para producir materiales en un ecosistema artificial cerrado en el entorno extremadamente escaso de un planeta o satélite sin vida”.
Eficiencia y utilidad
Como ya hemos dicho, la NASA ha anunciado un ambicioso plan para devolver a los astronautas estadounidenses a la Luna y establecer una base permanente allí, con miras a mandar luego astronautas a Marte. La ciencia de los materiales será crucial para el éxito del programa Artemis Moon, particularmente cuando se trata de los materiales necesarios para construir una base lunar o marciana viable. El hormigón, por ejemplo, requiere una cantidad muy alta de agua para poder utilizarse, y hay una pronunciada escasez de agua tanto en la Luna como en Marte. Y los costos de transporte serían excesivamente altos.
Este nuevo material abre una nueva puerta de posibilidades a los sueños de colonización espacial. Desde luego, no es una solución definitiva ni muchísimo menos, pero apunta en la dirección necesario. Economía circular, eficiencia y utilidad. Veremos si, dentro de unos años, los astronautas se lavan los dientes con cepillos hechos de quitina.