Unos padres que sospechaban que su hijo de cinco años se comía sus galletas a escondidas decidieron colocar una cámara oculta para sorprenderle en el acto.
Para su sorpresa descubrieron que no era el pequeño Maddie, de cinco años, quien se atiborraba de pastas sino su perro Max, la mascota de la familia, un goldendoodle de dos años y medio.
Los desconfiados padres publicaron las imágenes en las redes sociales donde se han viralizado.
We suspected that Maddie, our 5-year-old, was stealing @Oreo‘s – so we set up a @googlenest to catch her red-handed. Instead, we caught Max, our 2.5-year-old Goldendoodle, red-pawed. Can’t blame him. ?? pic.twitter.com/biWfgXVLWz
— Kenny Herman (@kennyherman) 17 de junio de 2019