La cebolla es uno de los ingredientes más utilizados en la cocina mediterránea a pesar de que todo aquel que se enfrente a cortarla acaba hecho un mar de lágrimas.
La hortaliza está compuesta en su mayoría por agua y vitaminas C, B y E, y además cuenta con un compuesto químico que protege el bulbo de los depredadores, que es el responsable de hacer brotar las lágrimas en nuestros ojos.
Cuando cortamos la cebolla en pequeño trozos esta enzima, llamada alinasa, se libera y genera irritación en los globos oculares. A pesar de que este proceso ya ha sido documentado, un grupo de investigadores de la Case Western Reserve University de Ohio (EEUU) han decidido averiguar cómo evitar esta reacción en las personas
Los resultados de su estudio han sido recientemente publicados en la ‘ACS Chemical Biology‘. De acuerdo con el informe informe, la única alternativa es congelar la cebolla varias horas antes de pelarla, ya que el frío contrae la expansión de esta enzima y protege nuestros ojos de su contagio.