¿Qué tal un pollo gratinado para el almuerzo? La opción más suculenta y perfecta para variar la hora del almuerzo y también una cena. Pollo gratinado, con queso o pan rallado, ambas opciones son perfectas para hacer una comida diferente y deliciosa.
Para gratinar de forma perfecta y convertir un plato simple en un platillo exquisito, se requiere conseguir una capa muy fina pero crujiente de color dorada y esto lo obtendremos con dos ingredientes: queso y pan.
Aunque pudiésemos decir que todos los quesos son perfectos para conseguir ese gratinado alucinante, no es así. Suele recomendarse un queso de contenido graso medio y alto. Algunas veces la combinación de quesos menos grasos con otros más grasos, pueden también dar ese resultado crujiente.
Para gratinar podemos usar parmesano con emmental, y junto con la combinación del pollo, tendremos una textura exquita. Desde luego todo queda a decisión del paladar de cada quien.
Con respecto al pan, si lleva varios días en la cocina y es un pan de calidad, se puede aprovechar para rallar y usar para gratinar.
Algunos utilizan la salsa bechamel, nata, huevos, mayonesa, salsa holandesa, puré de patata y la crema catalana para gratinar. Pero en platillos salados fuertes, mayormente se utiliza el queso o el pan rallado.
¿Cómo conseguir un gratinado perfecto?
La técnica del gratinado se utiliza en platos tan habituales como las pizzas, los canelones, lasañas, macarrones (casi cualquier plato de pasta), berenjenas , pollo y hasta pescado. Este es un toque extra para explotar los sabores del platillo, por ello es necesario que conozcas algunos consejos para obtener un gratinado perfecto.
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Debes tener en cuenta que conseguir un gratinado es crear una pequeña y fina corteza crujiente. Y es esta fina capa que protege y esconde el interior del platillo, concentrando sabores y textura.
- Trata de utilizar queso rallado encima del plato. Como ya lo mencionamos, no todos los quesos funcionan para gratinar, por lo que es recomendable utilizar mozzarella , emmental. En el caso del queso Gruyère también pero si se ralla de forma uniforme por toda la superficie y el queso cheddar.
- En caso de gratinar platos con bechamel de cobertura, lo mejor es añadir un poco de queso rallado para que funda y adquiera un color dorado. Evitando que se queme claro está.
- Espolvorea queso entre las capas del plato o puedes echarle un poco de nata para cocinar. Eso ayuda a dar un toque extra cremoso.
- Es recomendable que cada plato que gratines sea servido caliente y al momento. Pues no sirve que sea servido frío o a temperatura ambiente porque el gratinado no funciona de esta manera.
- Utiliza fuentes o envases de gran tamaño de esta manera se pueden conseguir gratinados más homogéneos. Puedes usar también moldes individuales.
Pollo gratinado en horno
Ahora bien ya con una información más clara sobre el gratinado, pasemos a la siguiente parte que es la combinación de queso y pollo. En esta oportunidad gratinaremos un pollo con queso pero con el toque especial del laurel y un toque ligero de vino blanco.
Paso a paso para gratinar un pollo y dejarlo perfecto
¿Qué necesitas?
- 2 pechugas de pollo con huesos
- 200 gramos de champiñones
- Una cebolla
- 1 zanahoria
- 1 diente de ajo
- Laurel
- 100 gramos de queso emmental
- 100 gramos de queso parmesano
- 1 taza de nata
- 1/2 taza de vino blanco
- Mantequilla
- 1 cucharada de harina
- 3 yemas de huevo
- Sal
- Pimienta
- Aceite de oliva extra virgen
Preparación
Lo primero que debes hacer es deshuesar la pechuga, cortar en filetes y reservar.
Luego añade en una olla un poco de agua y agrega los huesos de la pechuga que previamente fileteaste. Agrega zanahoria, la cebolla y unas hojas de laurel. Deja hervir y reserva.
Ahora, limpia los champiñones y evita mojarlos para que no absorban más agua. Coloca en un sartén un poco de aceite de oliva, una cucharada de mantequilla y vino blanco.
Debes dorar los champiñones y reservas. Ten en cuenta que es solo dorar, no puedes dejar que se quemen.
A continuación, coloca una olla y derrite dos cucharadas de mantequilla, añade la harina y mezcla hasta que notes un cambio de color.
Añade dos tazas de caldo de pollo que previamente cocinaste y remueve constantemente para evitar grumos.
Mezcla en un envase la nata con las yemas de huevo y cuando esté uniforme, agregar a la salsa de pollo. Coloca una pizca de sal y pimienta y retira del fuego. Justo aquí agregas los champiñones con todo y salsa y mezcla de nuevo.
En una bandeja distribuye las pechugas y cubre con la salsa de champiñones. Añade el queso emmental y el queso rallado. Se lo más generoso posible.
Introduce la bandeja en el horno previamente precalentado a 200 ºC y horneas hasta que notes que el queso está gratinado.
Listo, retira y sirve al momento. Puedes acompañar con arroz blanco o ensalada.