La panna cotta es un término que hace referencia a la “crema cocida” en italiano. Es un postre cremoso y sedoso que la mayoría de los pasteleros o cocineros utilizan como punto de partida para crear grandes versiones.
Se dice que la panna cotta se originó en el norte de Italia, donde las recetas hablaban durante un buen tiempo sobre hervir la crema con huesos de pescado.
Y era el colágeno de los huesos del pescado que lograron asentar la crema, pero más tarde llegó la gelatina y otros agentes gelificantes como el agar agar. Algunos dicen que una de las versiones de la panna cotta tenía claras de huevos.
Pese a todo el proceso, en la actualidad la panna cotta es extremadamente rápida y sencilla de preparar, pese a que su nombre da la impresión que lleva mucha elaboración es totalmente fácil. De hecho su preparación no lleva siquiera 10 minutos , así que podrás preparar rápidamente el postre más popular en los restaurantes italianos.
Un poco de la historia de la panna cotta
Sobre su historia hay muy poca información, aunque posiblemente los italianos manejen sus versiones. Lo único que se sabe es que una mujer húngara inventó la receta en Langhe, una ciudad al sur de Turín en Piamonte, a principios del siglo XX.
La primera vez que se hizo mención sobre un panna cotta o parecido a este, fue en la misma región pero llamado latte alla portoghese (leche portuguesa) y se dejó ver en el libro de cocina “Il cuoco piemontese perfezionato a Parigi” en 1766.
Aunque no se habla ni se tiene nada seguro sobre su origen, para los italianos es uno de los postres más suaves y deliciosos.
Algunos afirman que el panna cotta es primo del blancmange de Inglaterra y de la créme bavaroise de Francia, ambos utilizan gelatina para fijar la crema.
Un panna cotta suave y delicioso
Este postre italiano es el punto de partida para los grandes cocineros y maestros de pastelería. Pues cada uno hace su propia versión, partiendo de la receta tradicional, para hacer grandes obras culinarias.
Esta crema puede combinar con vainilla (que es el sabor más tradicional), café, chocolate, avellana, frutos rojos , pistachos, limón o menta. Siendo este último el más refrescante.
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En su paso por las grandes cocinas, el panna cotta es acompañado de bayas, caramelos o coulis de chocolate. Pero como ya lo hemos mencionado, cada cocinero deja volar su creatividad y algunos incluso crean guarniciones con maracuyá, miel o hasta se dejan llevar y hacen versiones saladas.
Incluso hay versiones con perfume de lavanda y acompañado con compotas, pero en esta oportunidad nos enfocaremos en hacer uno panna cotta de limón.
Recuerda que puedes usar agar agar que es un sustituto vegetariano de la gelatina, ya que está hecho con algas. Puedes usar tanto gelatina como agar agar , ambas darán el mismo resultado y lo único que diferencia es que una está hecha con algas y otra con carne o huesos de pescado.
En tal caso de usar agar agar recuerda utilizar 2 a 3 veces el peso del agar agar en gelatina para que puedas fijar el mismo volumen de crema.
Ingredientes
Necesitarás:
- 500 ml de nata para montar (35% de grasa)
- 200 ml de leche
- 130 g de azúcar
- 25 g de hierbabuena
- 1 limón grande (su ralladura y su zumo, unos 50 ml)
- 4 hojas de gelatina (6 g)
Preparación
Lo primero que debes hacer es lavar la hierbabuena y separar las hojas, es decir debes retirar los tallos.
Pica finamente o tritura para que no queden tan grandes. Echa en un envase junto al azúcar y la ralladura de limón.
Remueve con una paleta hasta que el azúcar obtenga un color verde. Posteriormente deberás calentar la nata y la leche en una olla y añadirás poco a poco el azúcar que previamente uniste con la hierbabuena y la ralladura de limón.
Mezcla muy bien y cuando haya hervido apaga y retira.
Hidrata las hojas de gelatina dentro del zumo de limón y cuando estén blandas, agrega a la nata aún caliente y revuelve hasta que esté completamente disuelta.
Añade el zumo de limón extra , mezcla bien y deja que enfríe a temperatura ambiente.
Engrasa los moldes con un poco de aceite (solo de forma ligera). Luego pasa la nata por un colador de manera que quede una mezcla homogénea y posteriormente la añades en los moldes.
Tapa con papel transparente o con papel film y deja refrigerar durante 8 horas, recuerda que si no cumple las horas completas corres el riesgo que la mezcla no cuaje bien.
Antes de desmoldar la panna cotta, debes pasar un cuchillo de filo fino por el borde interior, de manera que poco a poco se despegue los bordes.
Voltea el molde sobre un plato y sirve con hojas de hierbabuena o menta fresca al gusto (es opcional).