Las natillas árabes o mejor conocida como natilla libanés, es un postre extremadamente fino, delicado y suave al paladar. Se trata de una especie de flan originario del Líbano y muy consumido en varios países árabes.
Este postre es ligero con sabor delicado, nada dulce y perfumado. El toque principal lo da su ingrediente estrella, el agua de azahar y la miel. Un dulce que desfila en los grandes menús de restaurantes árabes y europeos.
En algunos sitios, las natillas árabes suelen ser costosas y esto debido a su elegante presentación. Este dulce no lleva huevo y aunque se le denominan natillas, su textura es ligeramente parecida , más no igual.
Un color blanco le da el toque elegante y «costoso», mientras que la leche, el azúcar y el perfume del agua de azahar, le dan su relevancia en las grandes cartas.
Algunos cocineros han hecho su propia versión de las natillas árabes con agua de rosas, pero el sabor tiende a ser distante del tradicional. Al momento de servir, suele ser fresco y recién hecho acompañado de frutos secos o solo unos leves trazos de miel.
¿Mouhalabieh o natillas árabes?
Mouhalabieh, Mahalabiya, Mahalabia, Muhallabia, Mahalabiya , natillas árabes, natilla libanés o postre libanés de azahar. Los nombres son infinitos pero todos se refieren a este tipo de flan que proviene de la gastronomía libanesa.
Originalmente, las natillas árabes son el postre ideal para después de una comida copiosa, suculenta y fuerte. Específicamente para después de los platillos con sabores exóticos o picantes.
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Su textura lo hace ligero al paladar, nada fuerte y ayuda a serenar entre la comida picante y el postre. El sabor aromatizado con agua de azahar lo hace el favorito y contrasta con unos leves frutos secos troceados o pistachos picados con miel.
Algunos lo describen como especie de atole y otros como un yogurt, pero lo cierto es que es una fina capa de nata que se complementa perfectamente bien con la miel y los frutos secos. De hecho, este postre es tildado como uno de los más saludables por su bajo contenido de grasa.
En cuanto a su preparación no es complejo y puede hacerse en casa de forma original y muy sencillo. Puedes añadir frutas o cereal si es de tu agrado.
¿Cómo preparar natillas árabes?
Es preciso dejar en claro que la natilla árabe tradicional es ligeramente suave y no empalaga, pese a que contiene miel. Sin embargo cada preparación varía de acuerdo al gusto de cada quien, pues algunos prefieren añadir más azúcar o miel.
¿Qué necesitas?
- 600 ml de leche
- 100 gr de azúcar
- 100 ml de nata líquida para montar
- 70 gr de maicena
- 4 cucharadas pequeñas de agua de azahar
- Pistachos y frutos secos mixtos al gusto
- 3 cucharadas de miel
Preparación
Lo primero que debes hacer es verter 550 ml de leche y el azúcar en una olla y cocinar a fuego medio. Debes remover constantemente hasta que el azúcar se haya disuelto por completo y deja a fuego bajo.
Luego, en un recipiente debes diluir la maicena con los 50 ml de leche restantes. Mezcla hasta que notes que no hay grumos.
A continuación, vas a añadir con mucho cuidado la maicena diluida en la leche con el azúcar que montaste previamente.
Remueve constantemente y evita que se generen grumos, recuerda que debe quedar lo más suave posible.
Remueve la mezcla hasta que notes que ha espesado un poco y añade el agua de azahar y la nata y remueve durante 3 minutos más. Puedes ayudarte con unas varillas.
Cumplido los tres minutos, retira del fuego inmediatamente y deja templar.
Una vez que esté completamente frío, sirve en copas o recipientes individuales y lleva a la nevera durante una o dos horas.
Una vez que tengas la textura y consistencia deseada, sirve y añade generosamente los frutos secos por encima de la natilla con algunos trazos de miel. Si gustas puedes echar los frutos secos antes y dejar que enfríe junto con la natilla.
Datos extras
Este postre también lo puedes servir acompañado de una ensalada de frutas como fresas, naranja, cerezas o melocotones, esto lo convierte en un dulce refrescante y original. Algunas personas lo degustan con galletas de avena o pasas, pero es un postre que merece ser probado luego de una comida con bastante especias.
Muchos lo prefieren degustar después de comer pero en compañía de un té o una taza de café. Sin embargo por su textura suave no es precisamente un dulce para acompañar con cafeína, pero queda al gusto de cada quien.
Otro dato importante es que puedes añadir cuanta miel desees o bañar las nueces, pistachos o frutos secos que desees. También en muchos casos utilizan la miel de azahar, pues dicen que complementa mejor que la miel de abejas, pero tiende a ser un poco más empalagoso. Dependiendo de tu paladar y tu gusto, puedes añadir más azúcar o menos miel.