Javier es un chico bastante inteligente que constantemente está al lado de Mariel, su amiga; una chica linda que atrae las miradas de muchos, pero que constituye un sueño casi imposible para él, quien menos agraciado que ella, se ha convertido en su confidente, compañero y casi mejor amigo, aunque alberga un gran deseo amoroso que nunca expresa.
Para una sociedad en la que los medios de comunicación se han vuelto masivos, la etiqueta para chicos como Javier ha venido a colarse entre los términos que popularmente se manejan de forma peyorativa; el típico chico que solo está allí para acompañar y, aludiendo al concepto, pagar las Fantas, que es un tipo de cola que fue muy popular hace unas décadas; pero sin otra aspiración amorosa.
El pagafantas alude al chico amigo de la chica, que pegado a ella la consuela, la mima, la acompaña, pero que no tiene ninguna posibilidad de ir más allá; y aunque él la ve como ese objeto de amor inalcanzable, ella solo le quiere como amigo, como hermano. Ello ocasiona una cantidad de problemas que se esconden detrás de quienes viven enganchados.
Lo que describe la etiqueta
Acostumbrados a como estamos en el mundo, a colocar nombres a todo y a cada situación, anglicismos como “Friend Zone” describen los casos en que personas enamoradas solo son vistas como amigos; un concepto que nació de la popular serie estadounidense “Friends”, en la que vemos relaciones amistosas ideales y a veces algo novelescas.
En nuestros países se prefiere tal vez el término “pagafantas” para describir la actitud casi pasiva del chico que solo aspira a la amistad de la chica, y que muchas veces le posiciona en situaciones hasta ridículas en las que él ofrece más de lo que recibe.
Estas situaciones a las que se expone un ser humano han sido causa de muchas consultas de orientación y hasta terapéuticas, lo cual no es de extrañar, pues parece ser, que ya que ocurren mayormente en etapas de la adolescencia, muchos terapeutas han descrito consecuencias en cuanto a la personalidad que ameritan ser corregidas posteriormente.
Terapeutas y coaches profesionales se han dedicado a desentrañar este fenómeno, permitiendo así que muchos “pagafantas” de hoy en día, acudan a exponer sensaciones, frustraciones y complejos que antes solo quedaban en la reserva interior de miedos y sinsabores que salían de vez en cuando y que eran solo explicados con un “amar es así” o “no creo que yo pueda cambiar”
Lo que descubrimos del origen de la palabra pagafantas
Aun no recogida en diccionarios con su total explicación o concepto, la palabra forma parte de un acervo cultural que ha nacido en España y que describe a aquella persona que termina siempre “pagando las Fantas” que es una popular cola sabor a naranja de la marca Coca Cola.
Este refresco en su época se hizo muy popular entre las jovencitas y se introdujo en ese país en el año 1961; luego, su popularidad se vio muy acrecentada; así que creemos que de allí nace la imagen de la chica que desea tomar la popular bebida y el chico que complaciente la compra para poder llegar a tener sus favores, los cuales nunca consigue.
Un retrato de película
En la actualidad hemos visto como se ha divulgado masivamente este concepto, e incluso, el fenómeno como situación social ha estado bajo la lupa de muchos investigadores; de allí que se haya podido inferir que ya en películas se ha contado la misma historia miles de veces; y baste con ver la serie ya nombrada Friends, o películas exitosas de la talla de “Cuando Harry conoce a Sally” donde la amistad entre un hombre y una mujer solo es una etapa de transición para llegar al amor verdadero.
En las películas siempre la amistad duradera en estos casos termina cediendo ante el amor romántico, dejando las situaciones de “amigos del alma” para aquellos amigos homosexuales que acompañan a la chica a comprar y conversar sobre moda y de cómo se desarrollará la tan anhelada boda que ella espera y desea.
España por su parte, en el 2009 nos regaló una película que incluso aparece como referencia en Wikipedia cuando buscamos la palabra “pagafantas”; dirigida por Borja Cobeaga, protagonizada por Gorka Otxoa, Sabrina Garciarena y Óscar Ladoire; fue rodada en Bilbao y se estrenó el 24 de abril de 2009 en el Festival de Málaga; con un tema que alude su nombre plenamente, Pagafantas.
Un análisis muy lógico de hoy
Es muy razonable que en una sociedad donde la mujer y el hombre reciben educaciones diferentes como antes, y que jueguen papeles y ocupaciones muy distantes, la situación de que es imposible la amistad entre ambos puede darse; pero, ahora cuando los roles hasta se confunden, es una locura afirmar esto.
Hombres y mujeres estudian, trabajan y luchan en empresas juntos; y la supuesta diferenciación psicológica de los sexos se va haciendo cada vez más inexistente, con la consecuente creación de vínculos estrechos que le posibilitan a ambos sexos a enseriarse y divertirse juntos, sin necesidad de llegar a vínculos matrimoniales.
Pero, para finalizar los análisis actuales, aún parece ser que mucha gente ve imposible estas relaciones de amistad entre hombres y mujeres; y sobre todo jóvenes, terminan teniendo el apodo de “pagafantas” con las consecuencias posteriores de autoestimas melladas y necesitadas de curas.
¿Relaciones que siempre acaban mal?
Lo cierto es que en la mayoría de los casos, cuando se da este tipo de relación, siempre acaba mal, tanto como amigos como de novios; y es que al haber algún otro tipo de alternativa deseada en la amistad, esta deja de ser verdadera y se transforma en un juego extraño de intereses.
Por otro lado, la actitud pasiva y condescendiente en exceso de un hombre favorece poco a la creación del respeto mutuo; amén de que las intenciones no explicadas son base de mentiras y de intolerancias veladas que tarde o temprano revientan en conflictos.
Pagafantas hoy
En conclusión, creemos que los llamados pagafantas hoy en día han quedado remitidos en su mayoría, a esa parte de adolescentes que se encuentran en la etapa de probar su personalidad para consolidarla, es decir, en otras palabras, que han quedado como un mal momento del desarrollo psicológico de muchos hombres.
Es que en la adolescencia, muchos de los que pretenden ser solo amigos solo son pagafantas esperando, al acecho cualquier manifestación romántica para lanzarse al ruedo con todas las segundas intenciones que atesora.
Particularmente afirmamos que de adultos conocemos muchas relaciones de amistad entre sexos opuestos, y que, contrario a lo que el vulgo aún pueda comentar, forman amistades de años y continúan siendo amigos aun cuando ambos tengan ya sus propias parejas.