En el mundo de la repostería constantemente salen a la luz nuevas técnicas e ingredientes que ayudan a mejorar el sabor y la consistencia de los productos. Tal es el caso del suero de mantequilla o buttermilk, que se ha vuelto un elemento cada vez más común en las recetas de postres dulces como pasteles, panqueques, bollos y bizcochos.
Si estas interesado en conocer más sobre este nuevo ingrediente y sobre su preparación, te invitamos a seguir leyendo este artículo para que lo intentes desde casa y puedas degustar de la gran diferencia entre el uso de buttermilk y la leche regular, pero te adelantamos que se relaciona con cómo hacer mantequilla casera.
¿Qué es el buttermilk y cuál es su función?
El buttermilk no es más que el líquido restante que se obtiene tras batir la nata de leche durante un tiempo determinado para convertirla en mantequilla de manera tradicional. También se le conoce como suero de leche o suero de mantequilla, pero su nombre inglés es el más usado por ser ese su país de origen.
La razón de que este suero sea cada vez más implementado en la cocina, es porque principalmente aporta suavidad y esponjosidad a la mayoría de los postres y los mantiene con esa contextura por mucho más tiempo, algo que no se lograría utilizando leche común.
Ingredientes
Preparar tu suero de mantequilla casero es muy simple y económico, solo necesitarás 500ml de nata de leche fresca, puede ser cualquiera de tu preferencia pero procura que contenga al menos un 35% de grasa.
Para facilitar el proceso también puedes añadir unas cucharaditas de zumo de limón o en su defecto vinagre de manzana. Este ingrediente es opcional y no va a interferir en el sabor de tu postre, de cualquier manera te explicamos cómo prepararlo de ambas maneras más adelante.
Preparación del buttermilk tradicional
Para prepararlo de esta forma, solo necesitarás la nata de leche y muchas ganas de batir. En primer lugar, coloca tu cantidad de nata en un cuenco grande y hondo donde puedas mezclarla sin ocasionar desperdicios o desastres. Procede a batirla ya sea a mano o con una batidora eléctrica, pero asegúrate de realizar movimientos circulares con el batidor para que se mezcle todo uniforme.
Este proceso va a tomar algo de tiempo, solo debes permanecer batiendo tu mezcla hasta que comience a cortarse la nata, notarás que falta poco cuando veas que su color cambia ligeramente a amarillo y la sientas cada vez más espesa.
Estará listo cuando el aspecto de la nata se vuelva parecido al del requesón, eso es la mantequilla casera que has creado. De allí verás que queda un líquido restante de la mezcla ¡Pues eso es tu buttermilk! Por último deberás separar la mantequilla del líquido y pasarla por un colador para que no queden grumos.
En este caso nos interesa es el suero, el líquido restante. Sin embargo, eso no quiere decir que debes botar a la basura la mantequilla natural. Puedes guardarla en recipientes y refrigerarla, ya que puede servirte para diferentes recetas sustituyendo a la mantequilla común. Esta incluso puede ser hasta más sana y baja en grasas que las de marcas comerciales.
Preparación de Buttermilk con ácidos adicionales
Otra forma de preparar tu suero de mantequilla o buttermilk sin realizar mucho trabajo, es añadiendo a la nata de leche 3 cucharaditas de zumo de limón recién exprimido o el doble de cucharaditas si optaste por vinagre de manzana. Luego, revuelve bien para que la mezcla quede uniforme y déjala reposando en una temperatura ambiente por 15 minutos aproximadamente.
Acidificar la nata de leche ayuda a que esta se corte por si sola de forma más rápida, por lo que te ahorrarás el tener que batir constantemente la mezcla. Habiendo pasado el tiempo, notarás que tu nata se ha vuelto más espesa como un yogur. De esa forma sabrás que esta lista, solo debes colarla para eliminar los pedazos enteros y podrás incluir buttermilk a tus recetas.
Beneficios de usar buttermilk
Cada vez su uso es más frecuente y aparece más seguido en las recetas de productos horneados que encontramos, y es precisamente por todos los beneficios que aportan le aportan al organismo. Aquí te enumeramos algunos de los más importantes
- Contiene grandes cantidades de calcio que ayudan a proteger, fortalecer y prevenir diversas enfermedades en los huesos.
- Aunque su sabor es un poco agrio, muchos países como Holanda o Alemania consumen buttermilk como una bebida refrescante y energizante por ser alta en proteínas.
- El suero de mantequilla o buttermilk, contiene menos calorías que la leche entera común, por ello es recomendable su consumo para aquellos que mantengan una dieta estricta.
- Mantiene el aspecto esponjoso y suave de tus postres por muchos más días que utilizando una leche de marca comercial, esto viene bien si eres el dueño de algún negocio de repostería.
- Puede llegar a ser una muy buena alternativa para las personas intolerantes a la lactosa si se consume de forma moderada.
Postres en los que usar buttermilk
Ahora bien, teniendo claro el fácil procedimiento para realizar tu suero de mantequilla, estarás listo para explorar todas las nuevas recetas que incluyan este ingrediente en ellas, o también puedes innovar tú mismo y añadirlo a lo que desees para probar nuevos resultados en tus postres. Sin embargo, te damos unas ideas para que tengas una mejor idea.
El suero de mantequilla o buttermilk viene genial para la mayoría de productos de repostería, sobre todo aquellos que necesiten hornearse, por ejemplo pasteles, bizcochos, bizcochos rojos de navidad, biscuits, muffins, magdalenas e incluso algunos tipos de pan.
Su uso también viene perfecto para los pasteles de red velvet queden con la contextura adecuada y para que las donas se mantengan esponjosas por más tiempo.
A modo de conclusión, podemos decir que sin lugar a dudas la buttermilk es un gran aliado en la cocina de los reposteros, puesto que es una opción fácil y económica para mejorar nuestros postres tanto en sabor y aspecto como en la nutrición.