Euskadi afronta nuevas medidas restrictivas para la Navidad orientadas especialmente a las celebraciones de Nochevieja y Año Nuevo para evitar «interacciones sociales de mayor riesgo», como la reducción de diez a seis personas como máximo de las reuniones para las celebraciones o el adelanto del toque de queda a las 00.30 horas –una hora antes de lo previsto–.
El Gobierno Vasco prohíbe, además, los cotillones en hoteles o agroturismos tras detectar intentos de organización de fiestas ilegales de fin de año. Con este objetivo también establece que los campings no admitan clientes entre el 30 de diciembre y el 2 de enero.
La consejera de Salud del Gobierno Vasco, Gotzone Sagardui, ha comparecido tras la reunión del Consejo Asesor del Plan de protección Civil de Euskadi, LABI, presidido por el Lehendakari, Iñigo Urkullu, para informar de la intensificación de las medidas restrictivas en la Comunidad Autónoma Vasca para evitar un incremento de la propagación de la pandemia del coronavirus.
Las nuevas medidas suponen una reducción de diez a seis del número máximo de personas que pueden reunirse en las celebraciones de Nochevieja y Año nuevo, mientras que el levantamiento del confinamiento perimetral se limitará solo al periodo comprendido entre el 31 de diciembre y el 1 de enero, aunque el establecido entre los tres territorios se levantará el 23 de diciembre.
Además, en Nochebuena y en Noche Vieja la limitación de movilidad nocturna se adelanta a las 00.30 horas, cuando estaba previsto para la 01.30 horas.
Los campings no podrán admitir clientes entre el 30 de diciembre y el 2 de enero y se prohíbe la organización de cotillones o celebraciones similares en hoteles o agroturismos, tanto en sus espacios comunes como en habitaciones, bungalows o apartamentos. Esta decisión se ha adoptado después de haber detectado intentos de organización de fiestas de fin de año, mediante el alquiler de bungalows y otros servicios asociados a los camping.
También se establece que, en los establecimientos con servicio de restauración, a partir de las 20.00 del 31 de diciembre y el 5 de enero, solo se servirán cenas a las personas que se encuentren alojadas y registradas en ellos. Los comedores estarán desalojados antes de las 23.30 horas y no se podrá superar, en comidas tampoco, las seis personas por mesa, con el debido uso de mascarillas y guardando las medidas de seguridad.
COMERCIOS Y ESTABLECIMIENTOS HOSTELEROS
Por su parte, los días 24, 25, 31 de diciembre y 1, 5 y 6 de enero, se cerrarán todo tipo de establecimientos comerciales y de hostelería y restauración, a las 18.00 horas, excepto en el caso de farmacias, áreas de servicio y gasolineras, con el fin de evitar aglomeraciones en las compras de última hora y las tradicionales aglomeraciones de personas en bares durante el final de esas jornadas.
Asimismo, para los días 25 de diciembre y 1 y 6 de enero se ha determinado que la apertura de los establecimientos comerciales y de hostelería no podrá realizarse antes de las 9.00 horas, con el objetivo de impedir que la eventual prolongación de fiestas en casa pueda conectarse a las 06.00 horas con la apertura de los establecimientos.
Durante los días 24, 25 y 31 de diciembre, así como el 1, 5 y 6 de enero, los establecimientos comerciales y de hostelería deberán cerrar a las 18.00 horas y los días 25 de diciembre, 1 y 6 de enero no podrán abrir antes de las 9.00 horas.
«Se pretende prevenir que hoteles, casas rurales y alojamientos turísticos puedan utilizarse para celebraciones que desborden las limitaciones establecidas para el conjunto de la sociedad en sus domicilios particulares», ha asegurado la consejera.
SITUACIÓN EPIDEMIOLÓGICA
Sagardui ha explicado que, desde noviembre, se ha logrado «una importante reducción» de la Tasa de Incidencia Acumulada en 14 días en Euskadi, que ha pasado de una incidencia de 850 a 280 por cada 100.000 habitantes y ha progresado del escenario de nivel 5 al nivel 3. No obstante, ha advertido de que los datos no permiten «relajación alguna».
A su juicio, la evolución «positiva» de la situación epidemiológica en Euskadi debe enfrentar durante las próximas semanas un periodo de «alta vulnerabilidad» por dos motivos: por un lado, por «los arraigados hábitos navideños» de movilidad y encuentro familiar y social; y por otro, por la evolución al alza de la pandemia en países y comunidades del entorno, y por la identificación de una nueva cepa del virus en Reino Unido.
Ante estas consideraciones, la Comisión Técnica del LABI y el Consejo Asesor del LABI han dado luz verde a esta propuesta de ajuste de las medidas previstas en el decreto de 10 de diciembre, que se incluirán en el Decreto que se publicará este miércoles y que entrará en vigor a las 00.00 horas del 24 de diciembre.
Gotzone Sagardui ha realizado, además, un llamamiento a las autoridades competentes y entidades sociales y culturales «a velar por la observancia estricta» de las limitaciones establecidas en relación con Olentzero-Mari Domingi y Reyes, así como a supervisar especialmente el estricto cumplimiento de las medidas preventivas en estos u otros eventos susceptibles de generar aglomeraciones.
«Es responsabilidad de la ciudadanía y de todas las instituciones extremar el celo ante cualquier contexto de riesgo», ha aseverado, tras recordar que esta Navidad «es distinta y hay que hacerla distinta», para cuidar a las personas que más se quiere. Además, ha destacado que se permite en estos días «ciertas excepcionalidades» en cuanto a los desplazamientos, pero «no es una invitación a la movilidad».
RELAJACIÓN EN EL USO DE MASCARILLAS
La titular de Salud ha subrayado también que se ha detectado una relajación en el uso de mascarillas en algunos establecimientos hosteleros. «Se observa, en general, cierta relajación, no sabemos si por la cercanía o la expectativa creada por la próxima llegada de la vacuna», ha apuntado.
Ello se ha traducido, según ha explicado, en «un menor rigor a la hora de mantener, en todo momento, la mascarilla, salvo para la ingesta de una comida o bebida», aunque no tiene información de que, por ello, haya habido brotes.
Por todo ello, ha recordado que, salvo en el momento expreso de la ingesta de alimentos y bebidas, el uso de la mascarilla en establecimientos de hostelería y restauración es obligatorio «en todo momento».
Además, ha recordado que el humo del tabaco es un agente de transmisión del virus, especialmente en contextos de reunión de personas sin mascarilla y sin distancia interpersonal.
Tampoco se puede comer ni beber de pie ni en el interior, ni en las terrazas de los establecimientos de hostelería y restauración, lo que se hace extensible a las inmediaciones de estos establecimientos.