Peridis ha presentado a dos semanas de que acabe el año una retrospectiva en el Edificio del Reloj de València que recoge todas sus facetas «en el último recodo» de su vida, desde la de dibujante a la de viajero pasando por la de arquitecto, escritor y divulgador cultural.
Una «sabrosa paella» que repasa algunas de sus mejores viñetas y a la que el humorista ha añadido la última que tiene pensada para el cierre de 2020: «Confiarse o confinarse, esa es la cuestión y el dilema que tenemos ahora: si nos confinamos a lo mejor salvamos muchas vidas, si nos confiamos vamos a matar a mucha gente con las navidades».
Tras recordar que ya dibujó una en su día diciendo «ojo, la Navidad mata», pero sin querer meterse «en política», José María Pérez ha celebrado en una charla con periodistas esta exposición abierta en el puerto hasta finales de enero. «Qué más se puede pedir a estas alturas de la vida», ha exclamado comparando el Edificio del Reloj con Florencia o con la Verona de Romeo y Julieta.
Se ha definido como «un loco que se creía Peridis» y ha recordado que la vocación le viene de pequeño, de la luz que irradiaba en una casa de su pueblo. Esa «luz que viene de lo alto» es la que intenta plasmar en sus viñetas, expresando con un trazo los rasgos del carácter para «sacar el alma y la luz que tienen las personas».
Citando a Gila, ha llamado a saber leer los periódicos entre líneas y «verlo todo blanco» porque, si no, no se entiende nada. Como el blanco que estampaba en las viñetas de su época en la mili cuando lo llamaban «el cabo caricaturas» y después cuando empezó a dibujar «a todo hijo de vecino».
Incluso a su padre, «aunque eso no se debe hacer», a frailes y a todos los compañeros de promoción de la Escuela de Arquitectura de Madrid, «doscientos y pico». «Es una sorpresa ver esta exposición a estas alturas cuando ya se ven las montañas», ha reconocido bromeando que se podría quedar «para toda la vida» en el puerto y que quiere invitar a su familia para que le cojan «un poco de respeto».
Entre todas las piezas de la muestra no podía faltar la columna en la que subía a Suárez en sus viñetas y desde la que «hizo la Transición», una columna que ha ensalzado como símbolo de su carrera. «No he parado de ir de aquí para allá; ya lo decía mi padre: hombre de muchos oficios, pobre seguro».
«ASPIRO A UN MUNDO UN POCO MÁS DIVERTIDO»
A sus 79 años, el dibujante cántabro que sigue a diario en ‘El País’ se ha marcado como meta «ser mejor» en cada una de sus facetas y ha garantizado que está «a tiempo» de escribir más y mejores novelas. «Somos lo que hacemos y tenemos lo que damos, es la conclusión a la que he llegado al final de mi vida: aspiro a ser buena persona y a hacer que el mundo que te rodea sea un poco mas divertido, justo y feliz», ha proclamado.
A lo largo de la exposición, con más de 80 ilustraciones, aparecen todos los personajes a los que ha dado vida en las últimas décadas, desde Rajoy a Bush pasando por Cospedal, Machado, Rouco o Felipe VI. Pero también hay espacio para sus trabajos como arquitecto y emprendedor social, con dibujos del Teatro Principal de Burgos o el Corral de Comedias de Alcalá de Henares, junto a los 64 tomos de su ‘Enciclopedia del Románico en la Península Ibérica’.
Con el lema ‘Bienvenido a la ciudad de la música y el humor, amigo Peridis’, en una viñeta de Ortifus, la muestra organizada por la Autoridad Portuaria de València (APV) cuenta con la colaboración del Instituto Quevedo de las Artes del Humor y la Universidad de Alcalá, comisariada por Ester Medán y Juan García.
El puerto de València despide así su programación anual con una nueva apuesta por humoristas gráficos reconocidos que han ilustrado el Edificio del Reloj, tras ‘Ortifus al mar-íntim’ y ‘El Puerto de Forges’.