La ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, ha pedido a la patronal que tenga «empatía con su pueblo» y «altura de miras» para negociar la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) en el marco del diálogo social, según ha señalado este miércoles en una rueda de prensa tras mantener una reunión bilateral con la ministra de Trabajo de Portugal, Ana Mendes.
La ministra ha aprovechado para recordar a los empresarios que «mientras los trabajadores acogidos a un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) ven reducidas sus retribuciones en un 30%, ellos, en muchísimos casos, están siendo exonerados de todas sus cotizaciones sociales». «Empatía, cierta proximidad a su pueblo y altura de miras», ha insistido la ministra.
La titular de Trabajo ha insistido en que lo más importante son las personas y que no se salga de esta crisis provocada por la pandemia con más desigualdades. «Somos conscientes de la crisis que nos azota, pero somos conscientes de que esta herramienta, el SMI, ha sido fundamental para romper la brecha de desigualdad en nuestro país», ha añadido.
Díaz también ha criticado que la derecha económica, política y las patronales siempre mantengan el mismo discurso, «da igual que haya crisis o no», solo «hablan de bajar impuestos, cotizaciones sociales y salarios».
Asimismo, ha resaltado que todos los países europeos van a subir el salario mínimo y que si España no subiese el salario mínimo, además de ser «una anomalía» respecto al resto de Europa, «se dejaría fuera a los trabajadores que más lo necesitan. «Es ahora cuando más se necesita», ha apostillado.
«¿Cómo se puede explicar que a los trabajadores se le va a revalorizar su salario de convenio un promedio de entre el 1,5% y el 1,8% este año y que dejemos fuera, sin ningún incremento salarial, a los trabajadores que más lo necesitan? Es cuanto menos bastante contradictorio», ha apostillado la ministra.
Durante su intervención, Díaz ha insistido en que ha firmado una declaración que avanza en la convicción de que se pueda contar, lo antes posible, con una directiva que regule los salarios mínimos, y con la confianza de que la revalorización ha sido muy positiva para la economía, empresas y para los trabajadores más débiles.
«Dejar fuera a los que más lo necesitan, a los jóvenes que pueden trabajar en una tienda dedicada al textil cuya retribución tiene que ver con el SMI, es una de las mayores injusticias que podemos cometer», ha dicho.