Este fermento natural era usado desde la antigüedad para la elaboración de algunos panes para darle a la masa sabor y un aroma especial a las preparaciones, y al mismo tiempo controla su acidez. La masa madre está hecha únicamente con agua y harina, mientras que la fermentación se da gracias a las múltiples bacterias y levaduras que se encuentran dentro de la harina.
Si quieres preparar una masa madre al nivel de un profesional, con esta guía podrás lograrlo, pero aunque su elaboración no es nada del otro mundo, debes tener paciencia pues lleva algo de tiempo para que quede perfecta.
Si bien hay muchas formas de preparar la masa madre, aunque sin importar el método, todas están elaboradas con la misma base: agua y harina. El proceso es de 5 días, aunque no debes preocuparte pues el tiempo diario que le dedicarás será de apenas unos minutos. Cuando al fin esté lista, podrás usarla cuántas veces quieras y conservarla por un buen tiempo para cuando la necesites emplear en alguna preparación.
Ingredientes
Para esta masa madre solo vas a necesitar 3 cosas:
- Agua
- Harina integral.
- Azúcar.
Puedes usar harina de cualquier cereal, no importa si es de trigo, avena o centeno, lo importante es que sea integral, esto se debe a que las levaduras viven principalmente en las cáscaras de los cereales, las cuales son eliminadas durante el proceso de refinamiento de la harina.
Además no olvides usar agua mineralizada y evita usar la del grifo ya que puede contener cloro. Pero en caso de que solo tengas de esta última, debes dejarla reposar al menos 1 hora antes de usarla. Cual sea la que uses, el agua debe estar a temperatura ambiente.
Preparación
Como se mencionó más arriba, elaborar una masa madre no es nada complicado, y para ello vas a tener que seguir estos pasos:
Primer día
- El primer día debes mezclar la harina integral junto con el agua. Hazlo en un recipiente amplio y que se encuentre bien limpio, no importa si es de plástico o cristal. Ten en cuenta que las cantidades de ambos ingredientes debe ser la misma en cuanto a volumen, es decir, si vas a usar 1 taza de harina tienes que combinarla con un 1 taza de agua. El resultado debe ser una mezcla homogénea.
- Luego solo deberás tapar el recipiente y dejarlo reposar a una temperatura de entre 20-22°C durante 24 horas. Estos factores harán que las bacterias y las levaduras se desarrollen adecuadamente.
Segundo día y tercer día
En el día 2 puede que al principio no notes alguna diferencia en el aspecto de la masa desde el día anterior, pero no te preocupes que eso es algo completamente normal así que no te preocupes.
- Agrega media taza de harina de fuerza, media taza de agua y 1 cucharadita de azúcar.
- Remueve hasta que todos los ingredientes se integren de la misma forma que el día anterior y deja que la mezcla repose por 24 horas más.
Para el día tres ya podrás notar que la fermentación ha comenzado pues el aspecto de tu masa será diferente: habrán algunas burbujas en su superficie, habrá aumentado su volumen y tendrá un ligero aroma a acre. Esto es una buena señal.
- Añade media taza de agua y media taza de harina de fuerza.
- Mezcla y tapa de nuevo para dejar reposar la masa por otras 24 horas.
Cuarto día y quinto día
Es posible que ahora la masa haya presentado algunos cambios ligeros, aunque siga mostrando pequeñas burbujas en la superficie, podrás notar la aparición de un poco de líquido marrón en su superficie. Este líquido es agua con algunos azúcares que se han fermentado a partir de los cereales, así que no te preocupes.
- Retira con cuidado el líquido de la superficie de la masa, para ello puedes ayudarte con una cuchara y desecharlo.
- Agrega media taza de agua y media taza de harina de fuerza.
- Integra bien los ingredientes a la mezcla y vuelve a tapar el recipiente para dejarlo reposar en las mismas condiciones por 24 horas más.
Ya para el día cinco, la masa madre al fin estará lista para que puedas usarla. Los sabrás porque su aspecto debe ser cremoso y con algunas burbujas en su superficie junto a un ligero aroma ácido. Ya podrás comenzar a usarla para preparar pizzas, panes, bollos o lo que tú quieras.
Conservación de la masa madre
Debes tener en cuenta de que si vas a usar tu masa madre todos los días, no tendrás porque conservarla en el refrigerador, solo tendrás que mantenerla a temperatura ambiente. En caso de que no la vayas a usar con demasiada frecuencia, puedes almacenarla en el refrigerador dentro de un recipiente tapado.
En caso de que vayas a usarla luego de haberla refrigerado, debes sacarla de la nevera con antelación para que se atempere y así se reactiven las levaduras junto con las bacterias. Ten en cuenta de que una vez que uses parte de la masa padre para alguna preparación, debes agregar agua y harina de fuerza en partes iguales para restituir su volumen original, mezcla y deja a temperatura ambiente por unas horas. Una vez que la masa se reactive, guárdala de nuevo a la nevera dentro un recipiente tapado
En caso de que no uses la masa madre por una semana o más, debes alimentarla para que no se te eche a perder. Solamente tendrás que desechar una porción y añadir partes iguales de agua y harina de fuerza. De esta forma lograrás mantener viva a tu masa madre por un buen tiempo.
Como puedes ver, preparar y conservar una masa madre no lleva mucho tiempo ni es demasiado laborioso, solo debes tener paciencia y constancia.