Convertir las bananas estropeadas que han sido desechadas en los mercados en snacks saludables. Este es el objetivo de Banabites, un proyecto liderado por alumnos de la Universidad de Navarra, que ofrece una solución al desperdicio de alimentos a través del suprarreciclaje (upcycle, en inglés), para fabricar nuevos materiales o productos de mayor calidad; mayor valor ecológico y económico; reduciendo emisiones de CO2 y aportando beneficios y oportunidades laborales.
Banabites ha sido el proyecto ganador de la primera edición del Hult Prize On Campus que se ha celebrado en la Universidad de Navarra y en el que han participado otros 32 equipos de estudiantes de distintas facultades. Los alumnos presentaron sus propuestas bajo el lema ‘Un negocio audaz por un planeta mejor’.
El equipo Banabites podrá seleccionar el destino de la siguiente fase, los ‘Regionals Summits’, una prueba internacional que se celebra en primavera y donde participan más de 75 ciudades de todo el mundo entre las que destacan Bangkok, Londres, Dhaka, Kuala Lumpur, Naoribi, Boston, Ho Chi Mihn, Ankara o el Cairo, entre otras. Podrán optar a un premio de 1 millón de dólares para desarrollar su idea.
El grupo está formado por Carlos Alejandro Macías, de ADE; Andrea Giammattei, de Arquitectura; Eric Castro, de ADE y Economía; y José María Rodríguez, de ADE. «Es necesario que la industria de la alimentación se tome más en serio sus objetivos sostenibles, que incorpore nuevas tecnologías que reduzcan su impacto negativo en el medio ambiente y que generen un efecto positivo en la sociedad», ha destacado Carlos Alejandro.
La Universidad de Navarra es la primera de España que participa en esta competición internacional. «Es una oportunidad para mostrar al mundo que nuestra universidad está comprometida con la sostenibilidad, con generar impacto en el mundo y la sociedad», ha comentado Gabriela Pajuelo, alumna de Relaciones Internacionales, que impulsó participar en esta iniciativa junto a un equipo de diez estudiantes.
PREMIOS HULT
Con más de trece años de trayectoria, los ‘Premios Hult’ se crearon gracias a la Hult Prize Foundation para jóvenes de universidades de todo el mundo que quisieran resolver problemas sociales. Los premios, asociados a las Naciones Unidas y que reciben el apoyo de la Clinton Global Foundation, perteneciente al expresidente norteamericano Bill Clinton, están presentes en más de 121 países.
Durante el programa, los equipos recibieron formación y asesoramiento por parte de mentores, por el equipo de Hult y por diferentes servicios y centros de la Universidad. Además, se enfrentaron a un ’24 Hours Challenge’ y, finalmente, solo seis equipos accedieron a la final local en la Universidad.
Remask, el proyecto que obtuvo el segundo premio, estuvo formado por Carlos Flores, de Economía Bilingüe; Matilda Otoole, de ADE; Patricia Pola, de Relaciones Internacionales; e Isabel García, de Nutrición y Dietética. La iniciativa ofrecía una mascarilla hecha con plástico fabricado a través del excedente de la leche con el objetivo de combatir el desperdicio de alimentos y contribuir a la reducción del efecto invernadero.
Volviendo al residuo del plátano, Altervita consiguió el tercer puesto. Un proyecto que quería combatir los residuos que genera la industria del plátano en Ecuador, transformándolos en materiales textiles y papel. El proyecto estuvo formado por Carolina Ferro, de Relaciones Internacionales; y por Andrea Barona e Ignacio Espinoza, ambos de Derecho, ha informado la UN.