Hoy se cumplen dos semanas de la sorprendente detención de Rafael Amargo, acusado de delitos de tráfico de estupefacientes y pertenencia a grupo criminal. Después de tres días en el calabozo, y de prestar declaración ante el juez, el bailarín era puesto en libertad para estrenar, tan solo 48 horas después, su nueva obra, «Yerma».
Amargo ha concedido una entrevista e «Espejo público» y, sin pelos en la lengua, ha confesado cómo se encuentra y ha reiterado su inocencia, acusando de corrupción a la policía. Además, después de negar en varias ocasiones que Blanca Romero hubiese abandonado la obra tras su detención, ahora no le queda más remedio que admitir que, la falta de noticias de la actriz, parece indicar que no actuará finalmente en «Yerma».
El bailarín, tajante, sostiene que la polémica que le rodea en los últimos tiempos «no me viene nada bien» para el espectáculo, al contrario de lo publicado por algunos medios, que creen que Amargo está feliz con el protagonismo mediático alcanzado tras su detención. El granadino afirma que nunca le ha hecho falta este tipo de publicidad «negativa» para sacar adelante sus obras y, con una débil sonrisa ha desvelado que se encuentra «bien. Muy contento porque en el escenario es donde me siento más yo. Solo tengo que estar pendiente de bailar y no pienso en nada más». «Ahora estoy un poco más débil. La primera semana fue el estreno, los nervios* y ahora cuando estoy bajando me estoy dando cuenta de muchas cosas y estoy un poco makandé como decimos los flamencos», confiesa; y es que, como no podía ser de otra manera, su detención le ha afectado más de lo que le gusta admitir.
El bailaor, volviendo la vista atrás, ha recordado ese día, del que hoy se cumplen dos semanas. Muy sincero, ha contado que iba a coger un taxi cerca de su domicilio junto a su mujer, Luciana, y los otros dos detenidos – a los que ha defendido diciendo que han estado a su lado y son maravillosas personas, también inocentes de las acusaciones – cuando unos policías se acercaron y les metieron en un portal en la madrileña calle Barceló tras enseñarles la placa policial. Muy serios, le dijeron que tenían que entrar en su casa y él, «flipando», les dijo que tocasen en el telefonillo porque estaban los obreros en casa. Lógicamente, tuvo que acompañar él a los agentes al registro de su domicilio.
Un registro que, para Rafael Amargo ha tenido algo raro, puesto que «me faltan un anillo y varias cosas a raíz del registro. Yo no me voy a robar a mí mismo«, ha apuntado culpando a la policía antes de admitir que quizás no ha encontrado las cosas porque la casa todavía esta desordenada con «la marabunta». «Hay cosas que se han roto, que han desaparecido… tengo miedo. Estoy ahora en casa y creo que van a entrar y me van a meter algo. Porque era una operación que tenía que haber salido bien… y en mi casa no había nada», afirma.
Afectado, a la par que enfadado, el bailarín se ha referido a la operación policial de un año a raíz de la cual fue detenido: «No hay bisturí ni quirófano ni operación ninguno, pero quien te quita a tí esta mancha. Cuando esto acabe y salga que soy inocente, ¿los medios vais a tener el mismo eco que ahora? Estoy para hablar y decir la verdad porque es lo único que me queda».
Sobre las escuchas policiales que supuestamente probaban su implicación en el delito de tráfico de estupefacientes, Amargo, haciendo gala de su sentido del humor, ha confesado que «no tengo filtro» y «me pueden haber escuchado decir dame un kilo de heroína que me la meto en vena».
Instiendo en que ha habido algo raro en su detención – que mantiene que la prensa supo incluso antes de que estuviese en comisaría – el bailarín ha negado que en su casa se consuman drogas. «En mi casa consume el que consume en la suya y en otros sitios. En mi casa lo que se consume es mucha cultura y mucha literatura. Hace cinco años que no consumo nada. Jamás en la vida he tomado alcohol y en la vida jamás me he fumado un cigarro», asegura.
Acerca de sus estancias en centros de rehabilitación para personas con problemas de drogas, Amargo afirma que «he estado dos veces en un centro de recuperación cuando he tenido exceso de trabajo. Una vez estuve tres meses y otra dos, es un sitio al que he ido a relajarme. Cosas normales, como cuando acabe de tres meses en el Teatro de la Latina, que tendré que irme aunque sea al lago al lado de El Escorial».
Aunque «para comer no me falta», Rafael ha confesado que tiene problemas económicos porque «he tenido que pagar muchas deudas». Y es que, si un espectáculo sale mal económicamente, aunque otro salga genial, tiene que seguir pagando como ha pagado.
Sobre la comentada ausencia de Blanca Romero en «Yerma» – se ha publicado que ha abandonado la obra tras la detención de su protagonista – Rafael Amargo, que en días trás sostuvo que la asturiana estaría en el show, ahora admite que quizás es cierto que les ha dejado «tirados». «No sé qué hay de cierto. Me he enterado por un periodista que me lo ha dicho aquí en la puerta. Puede ser una mentira porque le hemos dejado mensajes y no ha contestado. Pero es una señora para decírmelo a mí y no a un periodista. Si fuera cierto me habría llamado y a mí no me ha dicho nada. Está callada…», afirma. Eso sí, tajante, asegura que la «obra va sola. Está funcionando» así que la ausencia de la actriz no es tan importante como todos creemos.
Para despedirse, el siempre polémico Amargo ha mandado un mensaje a la policía: «Id a buscar a los grandes. No perdáis el tiempo con nosotros».