La naturaleza posee una gran variedad de recursos que los seres humanos han usado desde sus inicios como herramientas que les permitan facilitar diversas tareas, pero todo esto no hubiera sido de este modo si uno de los primeros hombres no realizan el descubrimiento que marcó la diferencia: el fuego.
El fuego es la luz y calor producidos por la combustión que se origina por una reacción química de oxidación que genera las llamas y la emanación de vapor de agua y dióxido de carbono, por lo se puede decir que es es la manifestación visual de dicho proceso.
Significados del fuego
A pesar de ser un proceso puramente químico, el fuego puede tener diferentes significados que se relacionen con esta reacción, y que son de usos muy comunes dentro de la vida de las personas.
Uno de los significados más comunes al que alude el fuego es al modo de cocinar en el cual se usan quemadores de calor, colocando la temperatura deseada por la persona que lo está utilizando.
También se usa la palabra fuego en sentido figurado dentro de algunas frases para referirse al ardor que incitan algunos estados de ánimo, como el amor, la ira, y otras emociones fuertes.
El fuego fatuo es un término con el que se denomina a la llama errática producida a una distancia muy corta del suelo, y que se observa generalmente en lugares donde se encuentra materia orgánica en descomposición, como cementerios o lugares pantanosos, debido a la inflamación que presenta el fosfuro de hidrógeno que estos desprenden.
Otro significado para el fuego señala a los cohetes u otros accesorios de pólvora que se utilizan a modo de entretenimiento en distintos eventos y celebraciones, conocidos como fuegos artificiales.
El fuego y la ciencia
Dentro de la ciencia el fuego ha tenido una gran importancia desde la época de la antigüedad clásica, en la cual formaba parte de los cuatro elementos clásicos que representaban las formas conocidas de la materia hasta ese momento, junto con el aire, el agua y la tierra.
Estos cuatro elementos servían para explicar el comportamiento de los diversos fenómenos de la naturaleza, y dentro de la cultura occidental se dice que esta teoría fue originaria de los griegos, que la utilizaron para múltiples aspectos, llegando a perdurar hasta el Renacimiento, junto con un quinto elemento, denominado éter o quintaesencia.
La enorme duración de este concepto se debió a su aceptación por parte de la Iglesia Católica durante la Edad Media, añadido a la predominancia de la cosmología aristotélica.
Sin embargo, en los siglos XVI y XVII, este concepto fue desechado debido a los descubrimientos sobre nuevos estados de la materia, aunque no fue eliminado del todo, ya que algunos personajes solo modificaron esa concepción.
En algunos casos se tomaba al fuego, junto con el aire, como agentes simples de las transformaciones, siendo relegados a un segundo plano por debajo del agua y la tierra, que son los que conforman todos los cuerpos existentes, según Johann Joachim Becher, el precursor de la química.
Posteriormente, los avances en la ciencia, con el descubrimiento del principio de inflamabilidad de algunos minerales y los diferentes mecanismos inventados para crear el fuego, hicieron que este elemento volviera a formar una parte importante dentro de la ciencia.
El fuego en la mitología
En el momento en que el ser humano descubrió el fuego, empezaron a generarse diversas historias sobre este elemento, hasta el punto de ser considerado sagrado por muchos pueblos, dándole un carácter místico y espiritual.
Las religiones convirtieron al fuego en objeto de veneración, por lo que mantenían una llama encendida constantemente en sus templos, en caso de que la que poseían en sus hogares se apagara, hecho que aún se mantiene vigente en muchas partes.
Algunas culturas rendían tributo al Sol como una viva representación del fuego, y lo consideraban el elemento más noble, además de poseer llamas encendidas en un punto central en donde los más devotos iban a rogarle o a realizarles ofrendas. Los nobles veían como un gran privilegio el obsequiarle al fuego esencias o flores.
Los persas apagaban los fuegos de sus templos cuando su rey agonizaba, y lo volvían a encender cuando se coronaba al sucesor, como representación del nuevo ciclo que comenzaba. El respeto hacia el fuego fue tal, que muchos devotos no se atrevían ni siquiera a mirarlo directamente.
Este culto se extendió a lugares de América, en donde se mantenía el fuego encendido no solo como un modo de veneración, sino también para alejar a los animales peligrosos que huían de este. Muchos pueblos arrojaban el primer bocado de la comida al fuego como ofrenda, y en las tardes bailaban alrededor de él.
Algunos pueblos de Siberia creen que dentro del fuego existe un ser que posee el poder de dar los bienes y quitarlos, por lo que le ofrecen sacrificios para que el pueblo se mantenga en un estado de prosperidad.
El fuego y el hombre
El primer descubrimiento que realizo el ser humano y, según muchos antropólogos, el que hizo que confirmara su autoridad como el ser más inteligente fue el fuego, que se descubrió por medio de la fricción de dos piedras que provocaron una chispa.
Es por esta razón que el fuego tiene una alto valor cultural, ya que a partir de ese descubrimiento, el ser humano empezó a crear otras herramientas que lo hicieron evolucionar hasta convertirse en lo que es en la actualidad.
En principio, el ser humano generaba el fuego únicamente por fricción, y más adelante por percusión, sin embargo, los grandes avances en el campo de la ciencia y la tecnología lograron que se crearan herramientas como los fósforos o los encendedores, que hicieron más fácil la generación de este elemento.
En la actualidad el fuego se ha vuelto un elemento indispensable en la vida de las personas, ya que es utilizado para una gran cantidad de cosas de manera cotidiana, por lo que su importancia no ha hecho más que aumentar desde su descubrimiento.
Peligros del fuego
El fuego es un elemento muy útil e importante, pero también puede ser peligroso si se utiliza de manera inadecuada, ya que puede causar lesiones como quemaduras en las personas.
La intoxicación por inhalación de humo es otro peligro al cual se exponen las personas que utilizan el fuego, ya que puede ocasionar daños severos en los pulmones. Es más, es usual que se cierren montañas del fuego por precaución.
Dentro de la psicología existe una enfermedad llamada piromanía, en la cual las personas sienten la necesidad de quemar cualquier cosa, con el objetivo de crear una gran llama, lo que puedes ocasionar daños ambientes y en las grandes infraestructuras. De hecho, en el 2020 el fuego arrasó 64.360 hectáreas.
A pesar de esto, el fuego es un elemento fundamental en la vida y la historia del ser humano, ya que sin su descubrimiento probablemente no existieran los avances que poseemos en la actualidad, y por consiguiente la vida tal como la conocemos.