El investigador del área de Zoología de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Extremadura Javier Pérez González aborda en su libro «Resarcir a Eva. Historias sobre evolución» el «papel determinante» que puede desempeñar en el futuro de la especie humana el acceso de las mujeres a la toma de decisiones.
Una obra que reflexiona, a partir de la teoría de la evolución, sobre los motivos por los que el ser humano no afronta retos determinantes para la continuidad de la especie, como el cambio climático y la contaminación, el agotamiento de recursos o la pérdida de biodiversidad, mientras se preocupa por cuestiones triviales.
Y es que, según Pérez González, le inquietan cuestiones personales tales como el trabajo, el ahorro, la apariencia, etc., pero esas preocupaciones personales dificultan el abordaje de sus «retos como especie».
El título de la obra, en la que confluyen divulgación científica, relatos ficticios y ensayos, responde a la aspiración de otorgar a la mujer el papel determinante que puede desempeñar en el futuro de la especie humana. Pérez González explica que para entender las prioridades del ser humano hay que recurrir a su evolución, a «procesos tan importantes como la selección sexual o los comportamientos cooperativos».
El objetivo, añade, «es ofrecer al lector elementos para la reflexión sobre nuestro pasado, presente y nuestras luchas futuras», indica la Universidad de Extremadura en una nota de prensa.
En el proceso evolutivo, las hembras, las mujeres en el caso de la especie humana, cargan con «castigos», que no son consecuencia de la voluntad divina sino de presiones selectivas: gestación, parto doloroso, lactancia, menopausia…
A pesar de ocupar esta «situación menos privilegiada», el futuro de la continuidad de la especie humana reside en parte en «romper el techo de cristal y permitir que la mujer llegue a puestos de responsabilidad». Esto es porque «los machos tienen una historia evolutiva donde la competitividad es determinante», una competitividad que está llevando a la especie «al desastre», destaca Javier Pérez González.
En cambio, solo por el hecho de ser hembras, el bagaje evolutivo de las mujeres «no ha estado tan influido por la competencia». «Si las grandes decisiones son tomadas solo por los machos de nuestra especie, podemos situarnos en una posición preocupante», sentencia.