BBVA tiene intención de llevar a cabo una recompra de acciones «relevante» con el exceso de capital derivado de la venta de su filial de Estados Unidos, al tiempo que no ha descartado dedicar una parte de lo ingresado a acometer una posible operación de consolidación.
Así lo han manifestado el presidente de la entidad, Carlos Torres, y su consejero delegado, Onur Genç, durante la presentación a analistas que ha tenido lugar este lunes tras el anuncio de la venta de la filial estadounidense a PNC por 11.600 millones de dólares (unos 9.700 millones de euros).
Torres, que ha destacado que el grupo ya estaba bien capitalizado incluso antes de la transacción, ha afirmado que no se siente cómodo operando con unos colchones de capital estructuralmente tan altos, por lo que la operación aporta una gran flexibilidad para pensar en distintas operaciones.
En cualquier caso, la venta no se completará antes de los próximos seis a nueve meses, por lo que hasta entonces la entidad no realizará ningún movimiento concreto. Además, si bien el precio actual es muy atractivo para realizar esta estrategia, el tamaño de la recompra dependerá del nivel al que coticen los títulos en ese momento y también estará condicionada a que el Banco Central Europeo (BCE) levante su veto sobre la remuneración al accionista.
«Lo que si vemos es que hay una gran oportunidad para crear valor al desplegar este capital en una recompra de acciones porque el mercado está deprimido; aunque no vamos a tener este capital en mano hasta los próximos seis a nueve meses y también habrá que ver qué pasa con las restricciones regulatorias», ha aseverado.
Igualmente, Torres ha añadido que el objetivo de BBVA seguirá siendo el de aplicar un ‘pay-out’ de entre el 35% y el 40%. «Va a seguir siendo una referencia válida», ha apuntado. Asimismo, ha dicho que el grupo cuenta con el capital suficiente como para realizar tanto la recompra de acciones como el reparto de dividendos en cuanto así lo permita el regulador.
Además, aunque Genç ha lamentado no poder ser más específico en estos momentos, ha subrayado que la obligación de BBVA es la de analizar todas las oportunidades que surjan. «Si surge una oportunidad de fusión se analizará y tomaremos una decisión; nuestra política para mejorar el valor es bastante agresiva», ha dicho.
Tal y como ha explicado Torres, el banco cuenta con un sistema de análisis de compras, ventas y fusiones muy disciplinado, teniendo en cuenta aspectos estratégicos, atractivo de mercado, precio, encaje, riesgo de ejecución, tasa interna de rentabilidad o métricas más inmediatas como la mejora de la rentabilidad al accionista.
«Tenemos un menú de opciones ante nosotros (…). Hay oportunidades valiosas en el mercado donde ya tenemos franquicias, así que la idea es hacer una recompra muy atractiva que reinvertiremos en el negocio y una inversión en crecimiento inorgánico, siempre y cuando nos aporte una tasa de retorno razonable», ha dicho.
La venta de la filial estadounidense tendrá un impacto en la ratio de capital CET1 ‘fully loaded’ de BBVA de 294 puntos básicos, equivalente a unos 8.500 millones de euros de generación de capital. El precio de la operación representa aproximadamente el 50% de la capitalización del grupo BBVA.
Sumado al exceso de capital con el que ya contaba, la entidad dispone de casi 600 puntos básicos para dedicar a asignaciones. «Ya veremos cuál es el equilibrio óptimo y cuál es el nivel de capital que queremos de aquí en adelante», ha apostillado el presidente del banco.