La presidenta de la Plataforma Trans, Mar Cambrollé, ha negado que exista una lucha entre el movimiento feminista y el colectivo, en relación a las críticas que algunas mujeres han realizado sobre la futura ‘Ley trans’ que prepara el Gobierno. A juicio de Cambrollé, estas voces discordantes son de mujeres «privilegiadas burguesas» que «han estudiado feminismo en la universidad» y «no tienen empatía».
La Plataforma Trans es la organización impulsora de la ‘Ley Trans’ que el Ministerio de Igualdad está preparando y que ha generado polémica por la utilización de unos términos que, a juicio de una parte del feminismo –concentrado en la ‘Plataforma contra el Borrado de las Mujeres’–, amenaza el fundamento de la lucha por la igualdad de las mujeres.
En concreto, denuncian que la ley incluye conceptos de expresión e identidad de género que eliminan al sexo como figura jurídica y, por tanto, elimina el motivo en el que se basa la desigualdad entre hombre y mujer o la causa de la violencia machista. «La violencia que se ejerce sobre la mujer sólo por el hecho de serlo».
Para Cambrollé esta es una visión equivocada de una norma que busca la despatologización de las personas transexuales en España y el reconocimiento de la autodeterminación de género como derecho fundamental.
EN PARALELO CON LA LUCHA DE LAS MUJERES
Estamos haciendo lo mismo que hicieron las mujeres», ha declarado a Europa Press, pare recordar que hace 30 años estas no podían viajar solas o abrirse una cuenta corriente sin el permiso marital. «Nosotros queremos ser también sujetos de derecho sin depender de que lo decida la medicina o estar tutelados por el Estado», ha declarado.
Es por eso que Cambrollé no ve motivos para un enfrentamiento con el feminismo. De hecho, ha negado que exista «una lucha» entre el movimiento y los trans y considera que las críticas vienen de un grupo «localizado y bien posicionado», con «mucha influencia» y que «meten mucho ruido».
Según ha señalado, la plataforma trabaja con colectivos de mujeres trabajadoras del campo, ‘kellys’, con trabajadoras en fábricas que luchan contra la brecha salarial. «Son todas mujeres que conocen la opresión, como el colectivo trans», ha declarado, antes de oponerlas al grupo de mujeres «burguesas» que les critican y que, según ha indicado, «han estudiado el feminismo en la universidad y carecen de empatía».
Les acusa, además, de «no tener escrúpulos» para usar «las mismas herramientas viejas» discriminatorias que «el patriarcado» para «negar derechos» al colectivo trans. A su juicio, estas mujeres utilizan el disenso en un tema para «demonizar a un colectivo vulnerable» y considera esta actitud es similar a «una conducta de delito de odio».
«HAY MUCHA MENTIRA»
En este sentido, la presidenta de la Plataforma Trans ha querido desmentir algunos bulos que han surgido de las críticas a la ley y que, según ha señalado, siguen el patrón de lo ocurrido ante otros avances sociales.
«No es nuevo. Cuando los negros pidieron la igualdad, los blancos dijeron que venían a quitarles sus derechos, lo mismo con los hombres sobre las mujeres y ahora con los trans». «Y hay mucha mentira», ha asegurado.
Cambrollé ha recordado que cuando se legalizó el divorcio o las uniones homosexuales se aseguraba que se «el matrimonio se iba a acabar» y cuando se aprobó la adopción a parejas del mismo género, se hablaba de que sus hijos serían también gays o lesbianas.
Además, ha criticado a quienes hablan de la posibilidad de que esta norma favorezca a una persona que cometa un delito con un sexo y luego lo cambie, y recuerda que la justicia «no es retroactiva». «Son datos frívolos y análogos» ha señalado. A su juicio, es el mismo caso de aquellos que están en contra de la ley de la violencia de género alegando que hay denuncias falsas.
UNA LEY NECESARIA
La presienta de la Plataforma Trans ha defendido la necesidad de una ‘Ley trans’ que termine con la situación «anacrónica» en la que vive actualmente el colectivo: en un país donde la transexualidad está patologizada, en donde se les excluye del mercado laboral o sufren la falta de atención sanitaria.
Cambrollé señala que el único avance que se ha producido en los últimos años es el cambio de identidad en el DNI, un paso que, en su momento, fue muy importante, pero que ahora es insuficiente y sigue sin ser perfecto.
Con una normativa trans, indica, una persona podrá acceder a tratamiento hormonal sin la obligatoriedad de certificar previamente, a través de un informe psicológico, que es transexual; deberán desaparecer de los libros de texto términos y contenido discriminatorio que «se siguen estudiando en las facultades los futuros profesores, psicólogos, enfermeras o trabajadores sociales»; y garantizará los derechos del colectivo.
Este último punto, señala Cambrollé, es de vital importancia para evitar la exclusión del mercado laboral de los transexuales. «Está comprobado que los transexuales no están presentes ni en aquellos empleos que no necesitan cualificación, como dependientes en tiendas o limpiadoras».
PROTECCIÓN A LOS MENORES TRANS
También es importante, ha señalado, para la protección de los menores que, según numerosos estudios sobre violencia, acoso o discriminación, muestran «un mapa muy duro para la juventud en una etapa muy importante en su vida». En este sentido, ha recordado los casos de niños trans que se han quitado la vida en los últimos años.
Sobre la polémica de que esta ley permitirá a los menores cambiar de sexo sin la autorización de sus padres, Cambrollé explica que el texto permite el cambio cuando lo solicita uno de los progenitores (no hacen falta los dos) y en el caso de que no tenga apoyo de estos, serán los servicios sociales quienes valoren su situación y un juez quien dictamine y garantice siempre el interés superior del menor.
A quienes, aún así, siguen criticando esta medida, Cambrollé les recuerda que negar a un menor su identidad es «desproteger su bienestar y su salud» y está «obstaculizando un principio de la Constitución que es el derecho al desarrollo libre de la personalidad» de los menores. A su juicio, igual que se puede juzgar a unos padres por abuso, maltrato, absentismo o falta de cuidado de sus hijos, esta situación es «violencia» y «ataca al interés superior» del niño.
UNA OPORTUNIDAD
Por otra parte, la ‘Ley trans’ recoge la protección también para las personas migrantes, quieren que el Gobierno facilite, al otorgar permisos de trabajo o la nacionalidad, que los documentos de estas personas recojan la identidad que sienten; e incluye medidas para evitar la discriminación en el deporte, una situación que, hasta ahora, «se ha ido solucionando sobre la marcha.
Este contenido, apunta, sólo viene a cambiar la situación del país en unos términos en los que ya se estaba reclamando, tanto desde los tribunales, como desde Europa. Así, ha explicado que el Supremo sentenció que pedir un mínimo de dos años de tratamiento hormonal y un psicoténico, como se hace ahora, es una vulneración de los derechos humanos. Esta situación también va en contra de los estándares del Consejo de Europa y las directivas sobre esta materia de la UE.
Del mismo modo, ha llamado a los grupos parlamentarios a apoyar un texto que «salve la deuda histórica» que existe con el colectivo. Además, cree que este es el momento adecuado ya que teme que en el futuro haya un «vuelco político» y que la ultraderecha pueda frenar su aprobación.