Empleado con mucha frecuencia en una amplia variedad de productos, el amianto o también conocido como asbesto, es un elemento encontrado principalmente en materiales de construcción: como aislante térmico, recubrimiento de tejados, productos de papel, azulejos o cemento. También se ha usado para productos de fricción como frenos, componentes de transmisión o el embrague de automóviles. Siendo también empleado en materiales textiles, envases, pinturas y revestimientos.
Como se puede apreciar, el amianto es un mineral bastante utilizado, esto debido a sus largas fibras que lo hace resistentes y flexibles para ser entrelazadas y separadas. Además de que su costo hace que sea bastante rentable para las empresas.
Sin embargo, el amianto es un peligro para la salud, esto se debe a que la inhalación de las fibras de este material puede producir varias infecciones pulmonares graves.
El amianto en la historia
El amianto ha formado parte de la historia de la humanidad desde los tiempos de Plinio el Vieno, durante el siglo I en Roma, donde se describe la enfermedad pulmonar que atacaba a los esclavos que vestían prendas hechas de este material. Incluso se dice que el explorador Marco Polo visitó minas de asbesto en china durante el siglo XIII.
Pero no fue sino hasta 1906, cuando se documentó el primer caso de fibrosis pulmonar por exposición al asbesto, en una mujer de 33 años que trabajaba en una fábrica textil en Londres.
En 1935 se dieron a conocer los primeros trabajos científicos que relacionaron el cáncer pulmonar con la exposición al asbesto.
Hoy en día, el amianto es reconocido como una de las sustancias industriales vinculadas directamente con el cáncer de pulmón.
¿Por qué es peligroso?
El amianto representa un peligro para la salud debido a las fibras microscópicas que este emana y que pueden mantenerse suspendidas en el aire el suficiente tiempo para adentrarse en los pulmones y representar un riesgo respiratorio.
Y aún que el simple hecho de estar en contacto con este material, no supone un riesgo inmediato, la exposición prolongada y la manipulación de este puede hacer que las fibras sean fácilmente respirables.
Los escenarios de mayor riesgo para la inhalación del asbesto es gran parte durante los trabajos como el corte, uso de taladro o derribos, donde las fibras pueden adheriste a la ropa o flotan con mayor abundancia en el aire.
A principios del 2000 comenzó la prohibición de este material y de los productos creados a base del mismo, fue en 2005 cuando el asbesto quedó totalmente prohibido en la Unión Europea. Aún así, continúa empleándose en países en vía de desarrollo.
¿Qué enfermedades causa?
El aparato respiratorio es el más afectado por el amianto. La asbestosis es una enfermedad ligada directamente a la exposición directa y continua con este material. Una fibrosis pulmonar comienza a desarrollarse con el paso del tiempo luego de haber inhalado amianto de forma directa y constante. La dificultad para respirar es uno de los síntomas junto con la sensación de pesadez en el pecho y tos seca.
El cáncer de pulmón es la enfermedad más letal que afecta a quienes se exponen al amianto, ya que este material se considera un cocarcinógeno, o sea, un agente externo, químico, físico o biológico capaz de producir cáncer.
El mesotelioma maligno es otro tipo de cáncer, aunque en este caso afecta directamente la pleura y al peritoneo. Generalmente se presenta en personas que se han visto expuestas al amianto por causas laborales, aunque los síntomas pueden tardar en parecer incluso 20 o 30 años después de haber sido expuesto.
Diagnóstico y detección a tiempo
Es posible detectar si se ha detectado asbesto en nuestro organismo, midiendo los niveles en las heces, mucosa, orina o en los lavados pulmonares. Con este diagnóstico se puede confirmar si se ha estado expuesto a las fibras de asbesto, pero no se puede predecir cómo afectará en la salud.
En la actualidad, es posible realizar controles a quienes se han visto expuestos al amianto gracias a los avances médicos, y de esta forma prevenir a tiempo las enfermedades derivadas de este, posibilitando así una intervención rápida y lograr salvar la vida de la persona.
Para detectar alguna enfermedad se necesita estudiar el historial médico de manera completa, un examen físico y pruebas de diagnóstico para evaluar si se padece de alguna enfermedad relacionada al asbesto. Mediante una radiografía en el tórax, se puede visualizar de manera efectiva si en los pulmones se han presentado cambios debido a la inhalación de fibras de amianto. También ayudan las pruebas de función pulmonar y sondeos en 3D para diagnosticar alguna enfermedad relacionada a este material.
Identificar un material con amianto
Haciendo un corte transversal en el que se crea pueda ser un material que contenga amianto, se puede visualizar si el interior de dicho material está compuesto por fibras.
Recuerda que si encuentras algún material del cual crees que pueda contener asbesto, debes ponerte en contacto y de manera inmediata con una empresa especializada en el asunto, la cual te informará sobre cómo debes actuar en esta circunstancia, cuáles las medidas adecuadas a seguir para la protección y seguridad de la salud.
También es de gran ayuda si se conoce el producto que se ha usado para saber si contiene amianto o no. Aún así, la única forma de determinar si el material contiene amianto es mediante un análisis en algún laboratorio especializado.
Asociaciones para afectados
A causa del gran número de muertes por exposición al amianto, se han creado algunas organizaciones sin fines de lucro que trabajan constantemente para defender los derechos de aquellos trabajadores que se han expuesto a este material y a sus familias.
- Asociación Frente al Asbesto – Programa de Estudios del Asbesto y Riesgos del Trabajo (AFA PEART), en Perú
- Asociación de afectados de Galicia (AGAVIDA)
- ASFAMI: Asociación de Afectados por el Amianto.
- AVIDA MADRID Asociación de Víctimas del Amianto de Madrid.
- UCA CHILE: Unidos contra el Asbesto de Chile.
- AVIDA MALAGA: Asociación víctimas del Amianto Málaga