¿Cómo influye el alcohol en la calidad del sueño?

Hay quien piensa que tomarse una copa de vino antes de dormir es una buena idea para conciliar el sueño. Sin embargo, cada vez son más las fuentes y las investigaciones científicas que afirman que el alcohol, como cualquier otra sustancia tóxica, altera los ritmos de sueño y hace que nuestro descanso sea de peor calidad.

Francesca Cañellas y Luis de Lecea, en su estudio sobre alcohol y sueño, afirman que el consumo de alcohol tiene un efecto rebote durante la segunda fase del sueño, que disminuye la calidad del sueño o, incluso, que causa insomnio.

Aguado, en su artículo Calidad del sueño en profesionales hospitalarios, sanitarios y no sanitarios llega a las mismas conclusiones sobre lo perjudicial del consumo de alcohol.

Encontramos una fuerte unanimidad científica y profesional sobre los efectos negativos del alcohol en el sueño.

¿Cómo afecta el alcohol a nuestro sueño?

Falsa inducción al sueño

Puede parecer que el alcohol, en una primera estancia y consumido de forma esporádica, induce al sueño. De hecho, es uno de los remedios más utilizados en el mundo latino para conciliar el sueño. Sin embargo, esta es una falsa sensación. En un inicio, el consumo de alcohol hace que la persona se duerma casi instantáneamente. Pero durante la segunda fase del sueño, que es la fase reparadora, causa un efecto rebote y no deja que el cerebro limpie todo aquello que debe.

Por eso, cuando alguien ha bebido el día anterior, nunca se despierta al día siguiente pensando que ha disfrutado de una noche de maravilloso sueño reparador.

Deshidratación

El alcohol causa deshidratación. Ya que el cuerpo tiende a expulsarlo. Por lo que las visitas al baño y la necesidad de beber agua no permiten que podamos descansar de una forma uniforme y placentera.

El hígado y la vejiga están ocupados eliminando el alcohol, por lo que nuestro metabolismo no descansará. Estaremos desechando minerales necesarios para nuestro descanso. Por lo que nos levantaremos cansados y deshidratados.

Insomnio

El sueño también se educa. Y lo mismo que se educa se puede deseducar. Por lo que es fácil que si tenemos una mala calidad de sueño y no dejemos que nuestro cerebro haga su función reparadora, este se acostumbre a esta forma de pasar la noche y haga lo posible por aprender a convivir con ello. Esto se traduce en un insomnio crónico.

El alcohol, además, excita nuestros neurotransmisores y hace que las sensaciones de tranquilidad y calma desaparezcan.

¿Qué podemos hacer para dormir bien?

Existen muchas técnicas para dormir bien, y conseguirlo de una forma sana y adecuada.

Uno de los métodos que más se practican, y que funcionan ayudando al cuerpo a calmarse, es el método 4-7-8, que se basa en la respiración. La música relajante o la lectura también pueden ayudarnos considerablemente.

Además, existen limitaciones importantes que podemos tomar para una mejor calidad de sueño: no cenar copiosamente, evitar la cafeína y la teína después de una hora estipulada o mantener una fuerte actividad. Como ya sabemos, limitar el consumo de sustancias tóxicas como el alcohol o el tabaco es fundamental para mantener los ritmos de sueño y su calidad.

Dormir es la regeneración de nuestro cerebro, por lo que debemos cuidarlo para mantenerlo sano y en forma.