El Gobierno de Cantabria ha rebajado de diez a seis el número máximo de personas que pueden reunirse en la región, tanto en espacios públicos como privados y salvo que sean convivientes, y aprobará el jueves ayudas para paliar las consecuencias de las últimas medidas aprobadas, que afectan especialmente a la hostelería.
Así lo ha anunciado este lunes el presidente autonómico, Miguel Ángel Revilla, a preguntas de los periodistas a propósito del estado de alarma decretado el domingo por el Ejecutivo central en todo el país, con intención de que esté vigente seis meses, hasta el próximo mes de mayo, y con toque de queda nacional y flexible incluido, que en la Comunidad se aplica de 00.00 a 6.00 horas.
Tanto la limitación de libertad de circulación nocturna como el máximo de personas que pueden juntarse a la vez están en vigor desde este mismo lunes, una vez han sido publicados los respectivos decretos en sendos anuncios en un Boletín Oficial de Cantabria (BOC) extraordinario.
Y el jueves se dará luz verde, en la reunión semanal del Gobierno PRC-PSOE, a una «cuantía económica» para «paliar las consecuencias» que las últimas medidas adoptadas en la región que afectan a bares y restaurantes, como el cierre de estos negocios antes de las once de la noche o la limitación de aforos, al 50% en interior -donde no se puede consumir en la barra- y al 75% en el exterior -con prohibición de fumar-.
Revilla ha admitido que estas decisiones no son «favorables» para el sector, pero ha advertido de que «si no las tomamos, la cosa va a ir a peor». En este sentido, ha recordado que está habiendo un incremento «elevadísimo» de casos, «la mayor parte» entre gente joven y el 60% de ellos asintomáticos además. Estas infecciones tienen que ver, ha dicho, con la movilidad y reuniones, que se suelen dar los fines de semana y «a determinadas horas».
LIMITACIONES MOVILIDAD NOCTURNA Y REUNIONES
Las disposiciones sobre la limitación de la libertad de circulación de los ciudadanos en horario nocturno entre las 00.00 y las 06.00 horas y la permanencia de grupos en espacios públicos y privados a un número de máximo de seis personas –salvo que se trate de convivientes y sin perjuicio de las excepciones que se establezcan en relaciones a dependencias, instalaciones y establecimientos abiertos al público– se mantendrán hasta la finalización del estado de alarma declarado para contener la propagación del coronavirus y sus posibles prórrogas.
Además, se estable que las reuniones en lugares de tránsito público y las manifestaciones realizadas en ejercicio del derecho de reunión constitucionalmente reconocido podrá limitarse, condicionarse o prohibirse cuando no se garantice la distancia personal necesaria para impedir los contagios.
En estas limitaciones no se incluyen las actividades laborales e institucionales ni aquellas para las que se establezcan medidas específicas en la resolución publicada por la Consejería de Sanidad el pasado 18 de junio, por la que se levantó el anterior estado de alarma en Cantabria y se establecieron las medidas sanitarias aplicables en la denominada ‘nueva normalidad’.
Sobre la aplicación del toque de queda, que con carácter general, en todo el país, es efectivo de 23.00 a 6.00 horas pero cada comunidad puede ajustarlo una hora antes o después, el presidente cántabro ha explicado que el horario en la región -de medianoche a seis de la madrugada- se ha decidido por «sentido común», si se tiene en cuenta que la hostelería tiene que cerrar a las once de la noche, para «no dañar aún más» al sector.
ESTADO DE ALARMA
Y sobre el estado de alarma en general, que esta Comunidad solicitó al Estado el pasado sábado de manera oficial ante la evolución de la pandemia, Revilla ha comentado que aunque seis meses puedan parecer «una barbaridad», el decretado actual «no tiene nada que ver con el que vivimos en marzo», pues entonces estaba centralizado y ahora depende de las autonomías, ya que es «mucho más flexible».
«Ni limita nada. Nos autoriza», ha aclarado el regionalista, para explicar que es algo «positivo», ya que se trata de una especie de «paraguas» que da cobertura legal a las decisiones que adopten las regiones en función de la evolución de la pandemia en cada territorio.
Es, ha insistido, una herramienta «imprescindible» para evitar lo que ha sucedido en algunos lugares, donde los tribunales de justicia «se cargan» medidas aprobadas mientras que en otros sitios no lo hacen, generando así «incertidumbre» a las autonomías, que necesitan actuar «con rapidez» porque «el virus está disparado.
Preguntado por la oferta que ha hecho el PP al Gobierno PSOE-Unidas que preside Pedro Sánchez, al que Pablo Casado ha propuesto un estado de alarma prorrogable durante ocho semanas, el líder del PRC ha considerado «razonable» el planteamiento.
Pero ha insistido que aunque seis meses «parecen muchos», el poder ahora no está centralizado como en primavera y las comunidades pueden relajar las medidas que vayan decretando -aforos, cierres, etcétera- a medida que vayan disminuyendo los contagios. «Está en nuestras manos».
«El tema no es el plazo, sino el contenido», ha opinado Revilla, para quien el actual estado de alarma es «muy liberal» y da a las comunidades autónomas «todo el protagonismo» a la hora de tomar decisiones y aplicar restricciones.
COMUNIDADES PRÓXIMAS, MEDIDAS PARECIDAS
En este sentido, se ha mostrado partidario de que regiones «próximas» tomen medidas «parecidas», en el caso de Cantabria Asturias, Castilla y León y especialmente el País Vasco, pues con esta última hay un «flujo mayor» de personas.
Sobre la pandemia, el presidente regional y líder del PRC ha reiterado que Cantabria no está en una situación «angustiosa» por el Covid, aunque sí se ha establecido una «línea morada» que marca un «límite peligroso» en el incremento de casos.
Y es que los positivos pueden repercutir después en la incidencia de la enfermedad en los hospitales y unidades de cuidados intensivos, que ahora están «bien» en cuanto al número de pacientes ingresados y se compara con la primera ola.
Para evitar que aumente la presión asistencial ha que «tomar medidas ahora duras», ha justificado Miguel Ángel Revilla, que ha vuelto a manifestar que «el que no quiere coger el Covid, no lo coge».