Uno de los mayores retos de la Unión Europea en la actualidad es el del control de sus fronteras exteriores. Las instituciones europeas se han visto desbordadas en varias ocasiones ante las oleadas de inmigrantes que llegan a sus límites e incapaces de dar soluciones conjuntas y efectivas a este problema, lo que ha servido para alimentar discursos extremistas que proponen frenar o prevenir la inmigración al considerarla dañina para el Viejo Continente.
A pesar de estas posturas, la realidad es que la inmigración es, en términos generales, muy beneficiosa para el país que la recibe. Así lo afirma el último informe del Defensor del Pueblo de España, que señala que estos trabajadores extranjeros son la tabla de salvación del modelo europeo de bienestar, ya que resuelven muchos de los problemas derivados del envejecimiento de la población y se emplean en puestos de trabajo que los nativos son más reacios a ocupar.
“El desafío con la inmigración no es tratar de prevenirla, sino saber cómo manejarla y regularla”, explica Sandro Camilleri, CEO de Matica Technologies, compañía europea líder en el procesamiento e impresión de documentos de identificación para sistemas de seguridad basados en tecnologías láser y hologramas.
Para Camilleri, el esfuerzo de los países miembro debe centrarse en la correcta identificación de las personas que llegan a las fronteras europeas, para aprovechar todo el potencial de esa enorme fuerza de trabajo y evitar el peligro de que entre ellos se introduzcan individuos con otros fines.
“La identificación es clave para beneficiarnos de la inmigración sin sus efectos potencialmente negativos. No puede haber integración a menos que conozcamos el historial de un individuo. Por esta razón, con nuestros productos intentamos garantizar a los gobiernos una herramienta confiable para evitar posibles situaciones peligrosas”, señala el CEO de Matica Technologies.
El mercado negro de la identificación en Europa
Sandro Camilleri también apunta que otros de los problemas no resueltos de Europa con los inmigrantes es el de luchar efectivamente contra el mercado negro de la identificación, es decir, la falsificación de documentos a gran escala.
“Hoy día, uno de los bienes más valiosos que puedes poseer es un pasaporte. Se habla muy poco del tema, pero el mercado de los documentos falsos tiene ganancias comparables a las del tráfico de drogas. Es importante llamar la atención sobre esto, porque si queremos beneficiarnos de todo lo positivo de la inmigración debemos empezar por aquí”, subraya.
El CEO de Matica Technologies añade, además, que una de las mayores trabas tanto para la identificación de los inmigrantes como para combatir la falsificación documental es la falta de integración de los sistemas de seguridad en la Unión Europea: “Hay colaboración, pero las diferentes estructuras nacionales crean retrasos que no son tolerables, cosa que en Estados Unidos no pasa, porque hay una única sala de control, algo que Europa debe crear lo antes posible”.