La Comisión Europea estima que podrá emitir los primeros bonos para financiar el plan europeo de recuperación de 750.000 millones de euros durante el verano de 2021, un calendario que retrasa por tanto la llegada de estas ayudas hasta al menos la segunda mitad del próximo año.
Bruselas no podrá emitir deuda hasta que reciba el visto bueno de los Estados miembros y éstos ratifiquen en sus parlamentos nacionales el incremento del techo de recursos propios de la UE, algo que fuentes comunitarias no esperen que suceda hasta el segundo trimestre del próximo año, debido al retraso que acumulan ya las negociaciones sobre el presupuesto comunitario.
Por eso, el Ejecutivo comunitario cree que «una perspectiva bastante realista» apunta a que no podrá acudir a los mercados financieros para captar fondos hasta el verano. «Esperamos poder ir a los mercados en el verano del próximo año», han señalado las mismas fuentes.
La Comisión Europea captará deuda «a gran escala» por primera vez en su historia durante los próximos meses, en palabras del comisario de Presupuesto, Johannes Hahn, que ha presentado en una rueda de prensa este miércoles los principales datos de la primera emisión europea de bonos sociales para financiar el fondo europeo contra el desempleo.
En concreto, Bruselas emitirá más de 900.000 millones de euros hasta 2026 (unos 800.000 para el fondo de recuperación y otros 100.000 del SURE), la «gran mayoría» entre 2021 y 2024. Esta cifra, sumada a la deuda de 50.000 millones que las instituciones europeas heredan de la crisis financiera, elevarán las obligaciones de la UE a cerca del billón de euros.
En este contexto, la Comisión confía en que la experiencia que se gane durante los siguientes meses con las nuevas emisiones del SURE pueda servir para allanar este camino y reforzar la confianza de los inversores en la UE como nuevo actor en los mercados de deuda.
El Ejecutivo comunitario logró captar este miércoles 17.000 millones de euros en bonos sociales a diez y veinte años, registrando una demanda que multiplicó casi por catorce esta cifra y alcanzó los 233.000 millones de euros.
Fue la primera emisión de la UE para el fondo europeo contra el paro (bautizado como SURE), en virtud del cual estos fondos serán traspasados a las capitales en forma también de préstamos para financiar parte de su gasto en programas para evitar despidos masivos por la pandemia, como los ERTE españoles.
El interés de los bonos a diez años colocados en esta operación fue del -0,24%, mientras que el de la deuda a veinte años se situó en el 0,13%. En los dos casos los rendimientos fueron algo más altos que los del bono alemán equivalente.
Las autoridades europeas se han mostrado sorprendidas por las peticiones registradas en dicha captación, que no esperaban de tal calibre. El optimismo ha provocado que fuentes comunitarias califiquen la irrupción de la UE como «un punto de inflexión» en los mercados de deuda.
Las cinco entidades seleccionadas por los servicios económicos europeos para esta colocación, de un grupo de veinte entidades financieras interesadas en participar como intermediarios, fueron Barclays, BNP Paribas, Deutsche Bank, Nomura y UniCredit.
Los gestores de fondos coparon más del 40% del total en los dos tipos de bonos. Los fondos de seguros y pensiones representaron el 13% en las letras a veinte años y el 6 % en las de diez años, mientras que bancos centrales y otras instituciones oficiales compraron el 37% de los bonos con vencimiento en 2030 y el 13% de los que vencerán en 2040.
En cuanto a su distribución geográfica, Alemania, Francia y Reino Unido fueron los lugares de procedencia del 50% de los compradores de deuda a diez años y el 59% de la deuda a veinte años. Los inversores de fuera del bloque en el primer caso representaron u 16% del total en el primer caso y un 8% en el segundo.